El país con el sistema electoral más incoherente del planeta, exige “observadores” en Venezuela

Tomado de: CONTRAINJEREINCIA. América Latina en lucha contra la intervención extranjera.


Estados Unidos insistió hoy en su política de injerencia en los asuntos internos de Venezuela, según declaraciones de una alta funcionaria del Departamento de Estado.

Roberta Jacobson, subsecretaria de Estado adjunta para Asuntos Hemisféricos, planteó en una audiencia en el Senado que es necesaria la presencia de observadores internacionales para legitimar la credibilidad del proceso electoral del 2012 en la nación suramericana.


“Creemos que la presencia temprana de un número suficiente de observadores internacionales creíbles y bien entrenados será importante para la credibilidad del proceso”, señaló.


La alta funcionaria indicó que su país está “particularmente preocupado” por la situación en Venezuela.


Jacobson pretende ignorar que Estados Unidos, el país que tanto pretende imponer su versión de la democracia en cada rincón del mundo, posee sin dudas el sistema electoral más ilógico, incoherente, anárquico, injusto e incomprensible del planeta.


La lentitud del débil proceso de reforma de este sistema, cuyas reglas fundamentales fueron establecidas en 1787, y la corrupción generalizada a través de las contribuciones millonarias a los fondos de campaña, hacen descartar toda esperanza de una elección presidencial realmente democrática en un futuro previsible.


Sin embargo, Jacobson planteo en el Congreso que el mandatario “sigue sin respetar el papel legítimo de las instituciones democráticas, restringe las libertades, incluyendo el cierre de algunos de los medios de prensa más distinguidos y duraderos del hemisferio, y usa el sistema judicial para perseguir a los oponentes políticos y criminalizar el disenso”.


En abril de 2002 fue frustrado un intento de golpe y asesinato de Chávez, teleguiado desde Washington, con grupos que recibieron un apoyo financiero millionario de EEUU.


A finales de 2010 Estados Unidos retiró el visado al embajador venezolano, Bernardo Álvarez, a raíz de la negativa de Caracas a aceptar el nombramiento del diplomático injerencista Larry Palmer, para dirigir su sede diplomática en el país suramericano.