La Gran Confrontación es Ideológica
Publicado En:
REALIDAD
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Por DAVID UGARTE
TODO CHOQUE ES IDEOLÓGICO (Jueves 23-06-2011)
(Tomado de Un Grano de Maíz de Antonio Aponte)
El enfrentamiento de una Revolución es con el capitalismo. Sin sustitución del capitalismo no hay revolución, sólo maquillaje del viejo sistema o, para decirlo directamente, fracaso. Los avances, las permanencias de las formas capitalistas, son derrotas del Socialismo.
Se puede convivir con el capitalismo por razones tácticas, esto depende de las condiciones en que se desarrolla la Revolución, pero un grave error es presentar esa convivencia como Socialismo. Ahora bien, si además de convivir estimulamos las formas nosociales, las formas capitalistas, el error es de vida o muerte.
El sistema de dominación capitalista se mantiene a pesar de todas sus dificultades y de sus crisis, porque entendió muy bien que la batalla principal, o mejor, comprendió que la única batalla que importa es la cultural, la ideológica, todo lo supedita a esa batalla. Sus acciones militares, civiles, culturales, teatro, telenovelas, literatura, la música, toda su propaganda, desde la de un helado en Mac Donalds, hasta la de un remedio para la gripe, todo está dirigido a la batalla cultural, a implantar en la población los valores éticos y morales que sostienen el sistema. No da cuartel.
Sus instituciones están al servicio de esa cultura, de esos valores, de implantar esa conducta: cine, religión, medios de formación, radio, prensa, televisión, toda la educación.
El capitalismo estimula las formas artísticas que promueven el egoísmo, y aplasta las formas difusoras de valores socialistas que reivindican las luchas por la emancipación, la Conciencia del Deber Social.
El Estado tiene entre sus funciones, además de la represiva y administrativa, la de ser escenario mediático, espectáculo donde el Presidente es un actor: buena sonrisa, buen porte, facilidad de palabra, logro individual. La Asamblea es un espectáculo con sus actores secundarios y principales, show periódico e intrigas. La televisión reproduce la dramaturgia de los cuerpos represivos y judiciales, "La Ley y el Orden" se llama una serie que publicita al Estado capitalista.
El capitalismo en la guerra cultural se atrinchera en la "libertad de expresión", que como sabemos en realidad es libertad de empresa capitalista, libertad de las clases dominantes para instalar en la población la aceptación de la dominación. Cualquier planteamiento de la Revolución de denuncia, cualquier acción de defensa de la agresión ideológica, es denunciado como totalitarismo, estalinismo, ideologización.
La guerra entre capitalismo y Socialismo es un choque cultural, ideológico, así debemos entenderlo, toda acción nuestra debe plantearse primero en el teatro de operaciones de la guerra ideológica, de la batalla cultural, allí debe comenzar la planificación, esa será la medida del triunfo.
No hay logro material que suplante, que dispense lo ideológico, lo espiritual, la consciencia. No existe fuerza material que supere la potencia de una idea. En todas las acciones de la Revolución debe salir fortalecida la espiritualidad socialista, la unión, la fraternidad, una nueva manera de relacionarse el hombre. Toda acción, por común que parezca, debe convertirse en asombro, en guía hacia la nueva sociedad, hacia el Hombre Nuevo.
¡Con Chávez más resteaos que nunca!
Se puede convivir con el capitalismo por razones tácticas, esto depende de las condiciones en que se desarrolla la Revolución, pero un grave error es presentar esa convivencia como Socialismo. Ahora bien, si además de convivir estimulamos las formas nosociales, las formas capitalistas, el error es de vida o muerte.
El sistema de dominación capitalista se mantiene a pesar de todas sus dificultades y de sus crisis, porque entendió muy bien que la batalla principal, o mejor, comprendió que la única batalla que importa es la cultural, la ideológica, todo lo supedita a esa batalla. Sus acciones militares, civiles, culturales, teatro, telenovelas, literatura, la música, toda su propaganda, desde la de un helado en Mac Donalds, hasta la de un remedio para la gripe, todo está dirigido a la batalla cultural, a implantar en la población los valores éticos y morales que sostienen el sistema. No da cuartel.
Sus instituciones están al servicio de esa cultura, de esos valores, de implantar esa conducta: cine, religión, medios de formación, radio, prensa, televisión, toda la educación.
El capitalismo estimula las formas artísticas que promueven el egoísmo, y aplasta las formas difusoras de valores socialistas que reivindican las luchas por la emancipación, la Conciencia del Deber Social.
El Estado tiene entre sus funciones, además de la represiva y administrativa, la de ser escenario mediático, espectáculo donde el Presidente es un actor: buena sonrisa, buen porte, facilidad de palabra, logro individual. La Asamblea es un espectáculo con sus actores secundarios y principales, show periódico e intrigas. La televisión reproduce la dramaturgia de los cuerpos represivos y judiciales, "La Ley y el Orden" se llama una serie que publicita al Estado capitalista.
El capitalismo en la guerra cultural se atrinchera en la "libertad de expresión", que como sabemos en realidad es libertad de empresa capitalista, libertad de las clases dominantes para instalar en la población la aceptación de la dominación. Cualquier planteamiento de la Revolución de denuncia, cualquier acción de defensa de la agresión ideológica, es denunciado como totalitarismo, estalinismo, ideologización.
La guerra entre capitalismo y Socialismo es un choque cultural, ideológico, así debemos entenderlo, toda acción nuestra debe plantearse primero en el teatro de operaciones de la guerra ideológica, de la batalla cultural, allí debe comenzar la planificación, esa será la medida del triunfo.
No hay logro material que suplante, que dispense lo ideológico, lo espiritual, la consciencia. No existe fuerza material que supere la potencia de una idea. En todas las acciones de la Revolución debe salir fortalecida la espiritualidad socialista, la unión, la fraternidad, una nueva manera de relacionarse el hombre. Toda acción, por común que parezca, debe convertirse en asombro, en guía hacia la nueva sociedad, hacia el Hombre Nuevo.
¡Con Chávez más resteaos que nunca!
Nota del Chacal de la Verdad: Este articulo esta muy relacionado con este otro del mismo autor de hace casi 4 años.....
18.5.07
EL CHOQUE DE DOS MUNDOS
Una Revolución es en definitiva el choque bestial de dos mundos. Uno, el futuro, que al principio sólo vive en la imaginación, en los sueños de unos pocos. Otro, el pasado, que vive anclado en el alma de todos.
Uno que debe ser ayudado a germinar, el otro que debe ser extirpado. Uno que debe ser construido en el filo de los acantilados de la existencia, el otro que cuenta con miles de años de arraigo. Uno difícil, contracorriente, cuesta arriba, pero imprescindible, vital, el otro fácil de perpetuarse, con el viento a favor,
llevado por la inercia de la historia, pero fatal para la humanidad.
Los revolucionarios se ponen del lado del futuro, y comienzan la hermosa, aunque ardua y a veces ingrata, tarea de abrir cauces para el nacimiento del nuevo mundo y del nuevo hombre que lo habite.
En esta lucha lo primero es vencerse a sí mismo. La principal tarea del revolucionario es vencerse a sí mismo, vencer su historia, su educación, en pocas palabras, hacerse un hombre nuevo, “un hombre del futuro, un hombre que no pertenece a su tiempo”.
La evolución del pensamiento en el individuo revolucionario, recapitula la evolución del pensamiento revolucionario en la humanidad. Veamos.
Primero, fue la utopía y la filantropía: el hombre comprendió que algo andaba mal en el capitalismo y había que superarlo. Pero, no sabía cómo, no tenía el conocimiento para hacerlo, sólo tenía el sentimiento. Fueron
los días del Socialismo Utópico, de los llamados a la piedad de los capitalistas, a no maltratar a los obreros, disminuir la explotación. Algo así como el capitalismo con rostro humano.
Después, el pensamiento revolucionario avanzó hasta comprender los intríngulis de la explotación, el meollo del funcionamiento capitalista, el origen del mal, que no es otro que la propiedad antisocial de los medios de producción, que se mantiene sostenida por una locura, que hace que la vida no tenga como fin el bienestar del hombre, sino que tenga como fin el bienestar del dinero, del capital. Es decir, las acciones de la sociedad son regidas por el bienestar del capital, rector de nuestras vidas.
Esta locura nos gobierna y es el principal obstáculo para la Revolución. Son muchísimas las formas, excusas, atajos, evitaciones, dribles, miedos, distracciones, evacuaciones, regurgitaciones, que aparecen a la hora de enfilar contra la propiedad antisocial de los medios de producción.
Ahora bien, no hay otro camino, el Socialismo, el mundo del futuro, no se puede construir sin sustituir esa forma de propiedad. Intentarlo es perderse en una ciénaga de contradicciones en la que resolvemos un problema para que surjan dos más, caminamos en círculos construyendo laberintos sin salidas.
En el choque de los dos mundos, en esa contienda contra los siglos que nos habitan, la única oportunidad de triunfar, de que la humanidad avance, es ir con firmeza hacia adelante, buscar el futuro con desespero, exageración, equivocarse para adelante, pecar por exceso, las medias tintas alimentan al pasado.
¡Chávez es Socialismo!
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