Red de Orquestas Sinfónicas Penitenciarias


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El proyecto Red de Orquestas Sinfónicas Penitenciarias fue creado en 2004 con el propósito de minimizar los niveles de violencia dentro de las cárceles y facilitar el proceso de reinserción social de los reclusos mediante el aprendizaje, la práctica y el disfrute de la música.
El proyecto es desarrollado por la Fundación del Estado para el Sistema Nacional de las Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela y el Ministerio del Poder Popular para Relaciones Interiores y Justicia, bajo el financiamiento del Banco Interamericano de Desarrollo.
Actualmente, el programa se está implementando en el Instituto Nacional de Orientación Femenina, el Centro Penitenciario de la Región Andina, el Centro Penitenciario de Occidente y en el Centro Penitenciario Mínima de Carabobo. Se prevé que un 40% de la población penitenciaria de estas cárceles reciba educación musical a través del programa, el cual, paulatinamente, será implementado en otros centros penitenciarios del país.
El proyecto es coordinado por Lenin Mora, quien se dedicó a recorrer las cárceles de Venezuela para conocer las necesidades de los internos. Para este abogado egresado de la Universidad Santa María, con diplomado en Derecho Internacional Humanitario, maestría en criminalística y músico cornista de la Orquesta Sinfónica de la Juventud Venezolana Simón Bolívar, la clave era encontrar una nueva manera de impulsar la educación.
Para la formación de las agrupaciones se realizó una convocatoria y se aceptaron a todos los que acudieron. La única condición era no tener antecedentes de agresión a funcionarios dentro del penal. Los internos fueron entrevistados para conocer su temperamento, carácter y morfología, y, basados en esta información, se decidió qué instrumento se les asignaría. La inmensa mayoría jamás había visto de cerca un instrumento musical, pero tres meses más tarde ya tocaban el himno nacional y otras piezas de cierta complejidad.
Los primeros conciertos se ofrecieron a otros presos. Esto animó a muchos de los que se encontraban entre el público a inscribirse en las orquestas. En un año, en cada cárcel donde el programa ha sido implementado, se han presentado más de 20 conciertos para la población penal y sus familiares. Las Orquestas Sinfónicas Penitenciarias también se ha presentado el Teatro Teresa Carreño, en dos ocasiones, siempre rodeados de guardias nacionales que los custodian desde la balconada y a ambos lados del escenario.
Víctor Villasmil, un interno de 24 años de edad del Centro Penitenciario de la Región Andina y miembro de las Orquestas Sinfónicas Penitenciarias, declaró con entusiasmo: “Tengo diez meses en la orquesta sinfónica, desde que se inició. Yo soñaba con este día del concierto, con estar en el Teatro Teresa Carreño y tocar (…) La flauta me ha ayudado a dejar las drogas, he cambiado completamente”.