Un primero de mayo interesante
Francisco Torres, Arauca, abril 28 de 2012
Huelgas en Grecia, Portugal y España, marchas en Londres y París, movilizaciones en Santiago, Bogotá y el Perú profundo, nacionalizaciones en Argentina, enconadas batallas en defensa de la soberanía nacional en Medio Oriente y África, disputas en el Consejo de seguridad de la ONU y en la cumbre de las Américas en Cartagena.

Países enteros yéndose al abismo bajo el puño de hierro de tecnócratas fletados por el FMI y el Banco Europeo y otros emergiendo del reino de la oscuridad gracias a la conducción de estadistas cuyas manos empuñan banderas de soberanía y progreso.

Estados Unidos plagando de bases y guerras de agresión al mundo en tanto recibe golpe tras golpe en la economía, la política, la ideología y el arte de la guerra y con noticias, hasta la más ridícula, que le hieren en el rostro.

Los pontífices del neo liberalismo repitiendo con voces heladas sus letanías de libre mercado en un panorama político que hierve, bien bajo la piel del racismo más hirsuto y el más deliberado derechismo o de las concesiones retóricas hasta entre sus seguidores más protervos, que tratan de explicar lo inexplicable mientras la cólera de los pueblos crece en intensidad y claridad.

¿Puede, acaso, en ese panorama, pasar inadvertido, ser intrascendente, el Primero de Mayo de 2012?

No en vano es la única fiesta universal, la única celebrada en todos los idiomas, sin importar raza, la única que hermana a todos los hombres laboriosos en todos los continentes. Y en ella la claridad cada día mayor de que sin rechazar verticalmente toda violación de la autodeterminación de las naciones no será posible encaminar al mundo hacia senderos de progreso y equidad.

En esta tierra colombiana que nos alberga, asciende la lucha de millones de obreros, campesinos, maestros, estudiantes, mineros, que desechan las imposturas y mentiras de Santos, en tanto persisten en preservar y fortalecer las mejores herramientas forjadas en años de lucha popular y de avance ideológico y político: El POLO, La CUT, La MANE, FECODE, los sindicatos, las organizaciones campesinas y gremiales.

Por ello, al buscar una idea central para este primero de mayo la encontramos en el Ideario de Unidad del POLO: defenderemos la soberanía y la independencia de nuestra nación frente a cualquier centro de poder extranjero. Rechazamos la globalización neoliberal y su expresión actual en el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, TLC, o en el Área de Libre Comercio de las Américas, ALCA, lo mismo que las imposiciones del gran capital financiero y sus instituciones internacionales de control, el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y la Organización Mundial del Comercio.

 “Las luchas de los obreros: primero de mayo”: Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos
José Arlex Arias Arias, La Verdad, Cartagena, abril 30 de 2012

Los trabajadores conmemoran su tradicional y universal día del “Primero de Mayo” en medio de penosas condiciones impuestas por las políticas de la banca multilateral, especialmente el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, que para garantizar la recomposición de la Tasa Interna de Retorno -las ganancias- a las grandes multinacionales y empresarios, han consolidado una política de flexibilización laboral, que no es otra cosa que el abaratamiento de la mano de obra. Esa recomposición de la utilidad obedece a los graves daños que la especulación financiera, con apropiación del patrimonio público incluida, ha causado a la producción mundial.

Las multinacionales, respaldadas por sus respectivos gobiernos, están buscando el dominio de las fuentes de recursos y materias primas al menor precio posible –si se las regalan o les permiten explotar como en la esclavitud, mejor- y para eso utilizan el poder que tienen con la banca multilateral, que chantajea a los países más subdesarrollados a acogerlas so pena de suprimirles los onerosos préstamos que necesitan para su funcionamiento.

Es allí, en esa falta de soberanía y autodeterminación de estos países, donde radica la razón por la cual esos gobiernos tercermundistas, como el colombiano, terminan aceptando políticas, que además de perjudicar su mercado interno y arrasar su producción nacional, también generan un desempleo estructural, pululando la informalidad y envileciendo la mano de obra, con las consecuencias de miseria, pobreza y desesperanza en que se debate el país. No en balde, la revista Semana reveló que “el 39% de los colombianos estaría insatisfecho con la gestión de Santos y la aprueban el 58%. Sólo el 47% de los colombianos creen en el cumplimiento de las promesas del presidente Santos, lo cual disminuyó desde el 53% en noviembre pasado”.

La historia cuenta que los trabajadores del mundo luchaban por reivindicar las “ocho horas de trabajo, ocho horas de educación y ocho horas de descanso” que tuvo su máxima expresión hace 126 años cuando los obreros de Chicago, Estados Unidos, no aguantaron más las extenuantes jornadas de hasta dieciocho horas diarias. Su huelga fue infiltrada por agentes del gobierno que provocaron desordenes para justificar la arremetida “oficial” contra los obreros; la policía disparó contra la multitud, asesinando a 6 trabajadores, dejando varios heridos y luego responsabilizando a los líderes de los obreros, de quienes en juicios sumarios, ocho de ellos fueron sentenciados a la pena de muerte, la cual se consumó el 11 de noviembre de 1887. Uno de ellos, el periodista Albert Parsons, aunque se probó que no estuvo en el lugar, dijo antes de su muerte: “La sociedad actual sólo vive por medio de la represión, y nosotros hemos aconsejado una revolución social de los trabajadores contra este sistema de fuerza. Si voy a ser ahorcado por mis ideas, está bien: máteme”.

Hoy, como antes, las jornadas de trabajo fueron ampliadas, los pagos extras -por encima de las ocho horas de trabajo- recortados y en muchos casos eliminados y los derechos fundamentales –vida, justicia, salud, educación, seguridad social y servicios públicos esenciales- al ser privatizados, terminan siendo conculcados para la mayoría de la población trabajadora, que deja de comer para poder adquirirlos. La tercerización laboral a través de Cooperativas de Trabajo Asociado, agencias temporales de empleo, contratos sindicales y órdenes de prestación de servicios, son todas, sin excepción, relaciones de trabajo para súper explotar a los obreros. Es decir, en el mundo, pero particularmente en Colombia, la legislación laboral ha retrocedido 126 años y parecería que los “Mártires de Chicago” hayan ofrendado su vida en vano. Sólo una dirigencia obrera cualificada, consecuente –sin conciliaciones-, que ponga la unidad al servicio de los intereses del país y de los derechos de la clase obrera, logrará reversar el estado de explotación, el cual se verá agravado con la implementación del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, que nos convertirá en su mercado de consumo y disposición de mano de obra aún más barata, en contra de nuestra producción y empleo nacionales y favoreciendo la castración del desarrollo científico y tecnológico, al asignarnos el papel de simples ensambladores.

Retumban las palabras de August Spies en el cadalso, antes de ser asesinado: ¡Tiempo llegará en que nuestro silencio será más poderoso que las voces que hoy estranguláis!

Tomado del Blog "El que Piensa Gana" de Javier Lopez Botero