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VS 0 | | sección: web | 30/11/2011
Bertold du Ryon
Una resistencia armada que se afirma cada vez más

Desertores del ejército que temen literalmente por su vida y desean así apoyarse en sus armas, primero para defenderse, han creado un “Ejército libre de Siria”. Clandestino, está activo en todo el territorio sirio. Desde el comienzo de noviembre, sus acciones armadas se han reforzado.

Tuvo lugar, primero, el ataque a controles del ejército sirio alrededor de la ciudad de Homs, rodeada y asediada. Sin embargo, el ejército de Bachar El-Assad pudo entrar en la ciudad el pasado 7 de noviembre.

El 14 de noviembre, lo mismo ocurrió en Deraa (al sur, cuna de la revuelta siria desde el mes de marzo), donde 34 soldados y doce desertores murieron según las cifras del Observatorio Sirio de Derechos Humanos.

Dos días más tarde, fueron atacados un edificio de los servicios de información y edificios del ejército, así como la sede del partido Baas (en el poder desde 1963) en Damasco.

Las grandes maniobras diplomáticas

Estos enfrentamientos han empujado a numerosos representantes de potencias exteriores a hablar de “riesgo de guerra civil”. Este riesgo ha sido evocado también por Hilary Clinton, Vladimir Putin y por el gobierno turco. Sus intereses por Siria no son sin embargo los mismos: si la Rusia oficial intenta preservar el régimen (integrando a la oposición o a un aparte de ella en una salida negociada de la crisis), no es -o ya no es- el caso de las demás potencias. Los Estados Unidos y Francia, particularmente, que han visto varias veces atacadas sus embajadas por partidarios del régimen sirio, parecen haber trazado una cruz sobre el régimen. Estas potencias comienzan a buscar aliados fiables entre los opositores. Los Estados Unidos han emprendido, por ejemplo, un comienzo de diálogo con los Hermanos Musulmanes.

Turquía, aprovechando su estatus de ex-aliado del régimen sirio y de potencia musulmana, ha subido también el tono. Los Hermanos Musulmanes sirios han dado a entender claramente a mediados de noviembre, que no serían hostiles a una intervención militar turca en su país. Para ellos, esto representaría una alternativa “musulmana” a una intervención exterior occidental. Una tal intervención, tanto si proviene de Turquía o de las grandes potencias imperialistas, no está sin embargo seriamente puesta el orden del día. Temen a la vez el riesgo de enfrentamientos confesionales y las reacciones de una parte de la población que se volvería contra los “invasores”, pero también la “desestabilización” de una zona que comprende a Israel, Iraq e Irán. Las grandes potencias, hasta ahora, apuestan más bien por sanciones económicas que comienzan a hacer efecto, pues la economía siria muestra signos de asfixia.

Divergencias en el seno de la oposición

El Consejo Nacional Sirio, fundado en Turquía, reagrupa a ciertas fuerzas históricas de la oposición, entre ellas los Hermanos Musulmanes y una parte de la izquierda. No llama (vagamente) a una intervención militar extranjera. Busca sin embargo apoyos y aliados en el extranjero. En competencia con él, ha emergido otra oposición en el exilio que, por su parte, llama claramente a un derrocamiento militar del régimen por potencias exteriores. Está encarnada por el exvicepresidente sirio Amdelhalim Khaddam. Este último ha presentado a comienzos de noviembre, en un gran hotel en los Campos Elíseos en París, un Consejo Nacional de Apoyo a la revolución siria (CNSSR). Este Consejo no parece tener una real influencia en Siria, pero intenta ser el interlocutor de las grandes potencias en la perspectiva de la caída del régimen.


26/11/2011

http://www.npa2009.org/content/les-derni%C3%A8res-%C3%A9volutions-en-syrie-et-autour-sont-marqu%C3%A9es-par-plusieurs-nouveaut%C3%A9s

Traducción: Faustino Eguberri para VIENTO SUR