Especial: Lo que viene en Libia ¿Ganó realmente la OTAN la guerra?
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REALIDAD
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Por DAVID UGARTE
Especial: Lo que viene en Libia ¿Ganó realmente la OTAN la guerra?
En estas edición del Programa Visión Mundial, Geopolítica Internacional, del Dr. Jorge Aparicio, por FRENADESO Noticias, se aborda la situación de Libia tras la guerra y asesinato de Khadafi.
Dr. Jorge Aparicio (Visión Mundial) | Para Kaos en la Red | 25-11-2011
www.kaosenlared.net/noticia/especial-viene-libia-gano-realmente-otan-guerra
En estas edición del Programa Visión Mundial,
Geopolítica Internacional, del Dr. Jorge Aparicio, por FRENADESO
Noticias, se aborda la situación de Libia tras la guerra y asesinato de
Khadafi.
También presentamos un escrito con las reflexiones del Dr. Aparicio sobre el tema. ¿Ganó la OTAN la guerra en Libia?
¿Por qué cayó Khadafi?
Las riquezas de Africa
El proyecto de una moneda africana.
La resistencia de Khadafi duró más de lo se esperaba.
La OTAN pensó en retirarse.
Obama decidió pagar la factura de la guerra.
Los errores de Khadafi.
LO QUE VIENE EN LIBIA – ¿GANO REALMENTE LA OTAN LA GUERRA EN LIBIA?REFLEXIONES
1. Vale recordar las claves del ataque militar a Libia auspiciado por Estados Unidos por intermedio de la OTAN y las satrapías monárquicas del Golfo Pérsico, encabezadas por Arabia Saudita:
a).
La inmensa riqueza energética libia, primera reserva petrolera del
continente africano (44,000 millones de barriles estimados / o sea 2.0
millones diarios) y el gasoducto “Clearstream”
Libia-Italia. b). El enorme reservorio de agua pura de Libia,
capaz de proveer el vital liquido durante más de 1,000 años (almacenado
a tan solo 500 mts bajo el desierto del Sahara y desde hace poco en
explotación bajo el nombre de “el gran rio artificial”. c). las
fabulosas reservas de oro libio, cuyo tamaño se cifra en 144 toneladas y
alcanzan la friolera de (US$50.000 millones), objeto de la codicia de
Occidente. d). el Fondo Soberano libio, cuyos activos en el exterior
superan los 150,000 millones de dólares y actualmente en vías de
apropiación indebida. e). El proyecto de Khadafi de una moneda única
para toda África, avalada por la reserva de oro libio y, destinada a
reducir el uso del dólar estadounidense. e). La reactivación de
antiguas bases militares en Libia (“Tobruk” y “Weelus” Air Force),
sitios de alto valor geoestratégico para el control absoluto del
Mediterráneo Oriental. Esas instalaciones servirán como sede del US AFRICOM
y serán el punto de partida para la recolonización armada de toda el
África, con arreglo al plan de rediseño norteamericano y redistribución
de un nuevo mapa colonial africano. Claro está, Washington entiende
que todo ello debe hacerse bajo absoluto liderazgo y control
estadounidense.
2. La guerra de agresión
norteamericana contra Libia se lleva a cabo bajo dos grandes
contradicciones que han confundido parte de la opinión mundial. Por un
lado, la criminal y condenable acción euro-estadounidense contra Libia
bajo bendición de la ONU, so pretexto de proteger la población civil de
la furia de un dictador homicida. Es la tesis del “imperialismo
humanitario”, la cual justifica las guerras de agresión o de conquista
genocida mediante el empleo de armas de destrucción masiva, con el solo
propósito de perpetuar el fracasado modelo neoliberal y privatizar
hasta el último gramo sus riquezas y recursos naturales. Saquear
inmisericordemente el país
controlado hasta dejarlo hambreado. Por otro lado, existe una línea de
opinión que tiende a silenciar, banalizar o cerrar los ojos ante la
brutal violación de los derechos humanos por parte de líderes
autocráticos, con la deleznable excusa de que son progresistas. Es la
tesis de “la razón ideológica o razón de Estado” y pareciera sugerir que
aquella prima sobre el respeto de tales derechos y sobre toda
consideración del derecho humanitario Internacional.
3.
Es universalmente conocido que los EE.UU. han sido los mayores
violadores en el mundo de los derechos humanos universales, los autores
materiales e inductores de los más horrendos crímenes sociales de que
se tenga memoria desde 1945 y desde mucho antes. Han cometido en toda
impunidad crímenes inenarrables contra la humanidad en Corea, Vietnam, Irak,
Afganistán y Pakistan. Planean replicar las mismas abominaciones en
Irán, Yemen, Somalia y otros países del mundo donde encuentren
resistencia a su política de control y dominación. Por ello, asesores,
políticos de la Casa Blanca, jefes del Pentágono y la OTAN, incluyendo
los comandantes operacionales de frentes de guerra estadounidenses en
los países invadidos, deberán ser llamados (en un día no lejano) a
rendición de cuentas ante un Tribunal Penal Internacional (TPI),
no-obediente al club del poder imperial. Puede sonar a utopía, pero
ciertamente el mundo está experimentando rápidos cambios cualitativos en
los balances de fuerza y poder globales. Inevitablemente la rueda de
la historia se inclinara por la realización de justicia. Durante los
años 70 del siglo pasado, las Naciones Unidas reconocieron y
legitimaron el derecho de los pueblos oprimidos a optar por los
movimientos de liberación nacionales, cuando no quedase otro recurso
alternativo. Al tenor de tal reconocimiento, la guerra es justa cuando
todas las salidas políticas, pacificas y diplomáticas se cierran por
voluntad de los poderes imperiales o por un sistema insoportablemente
asfixiante y opresor. La guerra de Libia ha sido cruel y violatoria de
los derechos humanos de lado y lado, pero principalmente por parte de
la OTAN y los rebeldes del CNT. Es de temerse que la misma engendre
una nueva espiral de violencia mucho más sangrienta que lo que hemos
visto, esta vez en el marco de una nueva guerra de liberación nacional.
Surge
entonces la inevitable pregunta del momento: ¿Se ha dicho todo
militarmente en Libia? ¿Gano verdaderamente la OTAN la guerra en Libia?
Creemos que la respuesta es NO, veamos ¿porque?
1.
Ciertamente Khadafi fue un déspota sanguinario cuyas abominables hechos
y contradicciones rayaron en la traición de su propio ideario
político. Pese a ello, parece que aún queda en su fuero interno alguna
vena de patriota, pues posee una virtud raras veces vista en estos
días: es un guerrero indomable e implacable que no conoce ni de
rendición ni de diplomacia en la guerra. ¿Su más grande e merito? Haber
desafiado contra viento y marea- armas en mano- a sus grandes ex
amigos de Washington y la OTAN. El hombre lleva la herencia genética y
cultural de la temible tribu “Gadafa”, astutos y feroces combatientes
contra los invasores
extranjeros. Los Servicios de Inteligencia USA-OTAN subestimaron la
personalidad díscola y egocéntrica de Khadafi, por lo que probablemente
tendrán que pagar un alto precio debido a ese error de apreciación.
2.
La guerra de Libia es un drama en tres capítulos y hay que verla en el
contexto de la revolución que emerge en el mundo árabe. El análisis
del “dossier” libio nos revela que la OTAN no ha ganado la guerra, solo
ha ganado la primera batalla. La batalla final arrojara resultados muy
distintos que dañaran la cohesión político-militar de la Alianza
Atlántica. Las consecuencias serán funestas para la política, la
economía, las finanzas y la paz social en EE.UU., La Unión Europea y
sus aliados en los periféricos (las monarquías petroleras de la
península arábiga).
3. Las guerras de conquista no
pueden ganarse únicamente con el empleo de la aviación militar, por muy
poderosa que esta sea. Las potencias centrales se verán obligadas a
ocupar todo el país con fuerzas terrestres para neutralizar una
insurgencia antes de que esta pueda reorganizarse y pasar a la ofensiva
en varios frentes. La aeronáutica de la OTAN mostro notoria debilidad
en Libia al tardar 6 meses en facilitar la toma de Trípoli por parte de
los rebeldes del CNT, luego de haber arrojado 100,000 bombas de alto
poder destructivo sobre objetivos libios. Existe una percepción
arraigada en la comunidad de analistas internacionales y es que ese
gigantesco poder aéreo de la OTAN es un coloso con pies de barro, es
decir, una mera apariencia más que una realidad fáctica. Las Fuerzas
Armadas de Khadafi estaban equipadas con armamento en completo estado de
insolencia y aun en esas precarias condiciones resistieron medio año
(6 meses). Tanta fue la sorpresa y el desanimo por la resistencia del
ejercito libio que en algún momento la OTAN considero oportuno
retirarse sin pena ni gloria, pues se estaba quedando sin municiones
aéreas. Los EE.UU. acabaron pagando la costosísima factura de los
bombardeos y la OTAN estimo indispensable intervenir secretamente con
fuerzas especiales de combate SAS, NAVY SEAL, comandos franceses y
centenares de expertos mercenarios extranjeros (pagados por Arabia
Saudita) para armar y entrenar los rebeldes del CNT, a fin de modificar
la correlación de fuerzas en el teatro de operaciones y echar a
Khadafi de Trípoli.
4. El más grande filosofo y
estratega militar chino de todos los tiempos, SUN-TZE, nos ofrece una
enseñanza invaluable en su inmortal obra “El ARTE DE LA GUERRA”: “Las
armas son instrumentos de mala suerte; emplearlas por un largo periodo
de tiempo producirá calamidades”…”Nunca es beneficioso para un país
dejar que una operación militar se prolongue por mucho tiempo” “Las
largas campañas militares constituyen una plaga para el país”. Alejandro
Magno, Napoleón Bonaparte, Adolfo Hitler y muchos otros violaron este
precepto militar y sus ejércitos sucumbieron trágicamente en territorio
del enemigo. Los EE.UU. mismos ignoraron este precioso y elemental
principio de la guerra y sufrieron una gran derrota en las guerras de
Vietnam, Irak y Afganistán. En una guerra de guerrillas que tenga como
escenario vivencial el desierto libio, con un firme apoyo
popular-tribal y una correcta dirección político-militar, puede
condenar el ejército de EE.UU. y la OTAN a dejar sus huesos bajo las
ardientes dunas de arena
5. Washington y la OTAN
cantaron victoria demasiado pronto en Libia, tal como lo hizo Bush en
Irak. Khadafi no tiene un país del entorno a donde huir. Cuando el
hombre habla de proseguir la lucha anti-imperialista hasta las últimas
consecuencias, está sugiriendo que se lanzara a una guerra de guerrillas
en el desierto con los restos de su menguado ejército, siempre y
cuando goce del apoyo incondicional de las tribus mayoritarias Gadafa y
Warfalla. Pero no olvidemos que el ex dictador libio, ex-aliado y
servidor del imperio hasta hace 8 meses atrás, es ya un hombre con un
capital político desgastado por el turbio pasado político de su régimen y
la brutalidad sanguinaria desde los últimos 22 años a esta parte . No
necesariamente la lucha armada antiimperialista tiene que ser dirigida
por Khadafi ya que no se descarta que sea desplazado por un liderazgo
nacionalista, patriótico, anticolonial y anti-khadafista. Tampoco se
puede ignorar que el islamismo radical ha cobrado mucha fuerza en Libia y
que muy probablemente romperá con el nuevo gobierno y pasaría a la
insurgencia armada, con abundante apoyo económico y pertrechos de
poderosas organizaciones salafistas en el mundo musulmán. Cualquiera sea
la conformación de la resistencia, los guerrilleros del desierto
obligaran al ocupante extranjero a pelear en condiciones climáticas y
ambientales en extremo difíciles sino insufribles, por lo cual el
invasor perdería el principio de la ventaja estratégica en el terreno,
factor de primera importancia para ganar la guerra.
6.
Una vez en zafarrancho de combate en pleno desierto, la resistencia
libia tendrá la oportunidad de aplicar el consejo dado por el maestro
de la guerra SUN BIN al general del Reino chino de Qi : “Los ejércitos
agresores son soberbios y arrogantes, no valoran tu ejercito al que
consideran cobarde”. “Un buen guerrero se aprovechara y los conducirá
(mediante el engaño) a tener falsas perspectivas de victoria”. Esta
sabia receta fue aplicada brillantemente por el célebre general
vietnamita NGUYEN VO GIAP, comandante en jefe del ejercito de Vietnam
del Norte y de la guerrilla Vietcong, contra el descomunal poderío del
ejercito de los EE.UU y sus aliados, fuerte de 500,000 efectivos de
combate. En 1975, el ejército campesino de Vietnam al mando de Giap
aplasta aparatosamente las fuerzas norteamericanas y con ello pone fin
al mito de la invencibilidad del ejército estadounidense. El ejemplo ha
quedado grabado para la posteridad.
7. Los oficiales
militares estadounidenses de por la formación elitista de la “Escuela
de West Point”, suelen ser supremamente soberbios y arrogantes por
definición; siempre han subestimado el enemigo en los cuatro
continentes allí donde han librado guerras desde 1846 hasta nuestros
días. Los europeos viven del recuerdo nostálgico de viejas glorias
que jamás volverán. Hoy, el componente europeo de la OTAN ha demostrado
sobradamente carecer de capacidad operacional, eficiencia y moral de
combate en el teatro de operaciones terrestres en Afganistán. ¿Podrá
USA-OTAN hacer la excepción en el inhóspito desierto libio, aun más que
el de Afganistán?
8. El ejército de tierra
estadounidense, y sus tropas de elite no fueron diseñados ni preparados
para librar una guerra de lucha irregular y de larga duración en el
calcinante desierto del Sahara libio. El gran error de EE.UU. es confiar
ciegamente en el desarrollo, desempeño e infalibilidad de su
tecnología militar de punta en cualquiera medio ambiente. La tecnología
es ciertamente un factor de elevada importancia en la guerra moderna,
pero no es el determinante. Si así fuere, entonces Los Estados Unidos
jamás habría sufrido una amarga derrota a manos del Talibán afgano y de
la resistencia iraquí. Es el hombre y su tierra el factor
verdaderamente determinante en la guerra anticolonial. ¿De qué sirve la
tecnología si el soldado norteamericano es psíquica, moral y
emocionalmente dependiente de la coca-cola fría, la cerveza helada, el
aire acondicionado, el combo Mc Donald y la prostituta importada, todo
ello trasladado hasta el propio frente de batalla?
9.
Más allá del desierto, lo más probable es que la lucha antiimperialista
en Libia también se libre en el frente urbano y suburbano, a imagen y
semejanza de Irak en 2003 o de Argelia en los años 1954-62. Las
políticas ultra-neoliberales al servicio de Washington y sus aliados
ocasionaran tal degradación en las condiciones de vida y de trabajo del
pueblo libio, así como dolorosas roturas en el tejido social, que la
mayoría de la población libia afectada apoyara las acciones de la
resistencia armada contra la corrupción del nuevo régimen, el saqueo
del petróleo y del agua del país. La voracidad de las petroleras
multinacionales no conoce de límites ni humanitarismo de ninguna
índole. Ya en estos momentos una gran parte de los jóvenes del actual
ejército rebelde y grandes sectores de obreros y trabajadores
industriales y estudiantes advierten y proclaman a los cuatro vientos
que no toleraran ninguna presencia militar extranjera en el país ni que
los recursos petroleros y acuíferos caigan bajo control de europeos y
estadounidenses en perjuicio de la soberanía libia. El mensaje
anticipado significa que están dispuestos a combatir por tal causa.
10.
Dada la complejidad del mosaico étnico, político y social de Libia,
cabe la hipótesis que la resistencia libia podría verse obligada a
pactar una alianza táctica antiimperialista que comprendería a
Khadafistas, patriotas y nacionalistas no-khadafistas e
islamitas-salafista de línea dura (“partidarios de la yihad islámica”).
Estos últimos recibirán combatientes venidos de todos los rincones
del Magreb, Medio Oriente, Golfo Arabigo-Persico, Asia Central, Asia
Pacifico y África Subsahariana y Oriental. Dado que Egipto y Túnez
son países fronterizos con Libia, muchos de sus naturales de ideas
nasseristas, socialistas, fundamentalistas, o islamitas moderados
(próximos a la organización “Los Hermanos Musulmanes”) también
participarian en la insurgencia. Por lo demás, la dinámica de la guerra
de movimiento e intenso desgaste en el desierto, con participación
protagónica de las tribus libias, produciría ineluctablemente la
derrota de la ocupación extranjera.
11. El contexto
geopolítico es importante. La resistencia nacional libia contra la
ocupación extranjera difícilmente tendrá éxito si esta se aísla del
entorno regional. Prosperara si esta se inscribe en el contexto de la
llamada “primavera árabe”; si logra la solidaridad y el apoyo de la
revolución que emerge en el Mundo Árabe y cuyo espíritu es popular,
democrática, anticolonial e islamita moderada. La eventual
consolidación del proyecto nacional palestino y saharaui fortalecerá la
lucha libia. De resultar Khadafi el gran conductor de la
resistencia, ¿se adaptara el hombre a los duros cambios políticos que
se le exigirán? De no integrarse a la dinámica de los cambios del
Mundo Árabe, será barrido por la historia y reemplazado por un nuevo
líder antiimperialista representativo.
12. El Consejo
Nacional de Transición (CNT), o sea el nuevo gobierno libio inventado
por Washington, está integrado por figuras amamantadas por el régimen
de khadafi durante 35 o más años. Ostentaron los más altos cargos y
honores, se mancharon profusamente las manos de sangre y amasaron
multimillonarias fortunas personales a costas del tesoro nacional y de
las empresas estatales. Esa satrapía, hasta ayer “revolucionarios”,
abandonaron el barco con sus familias al soplar nuevos vientos contra el
régimen al cual sirvieron incondicionalmente durante toda la vida.
Genuflexos, se han puesto a órdenes de los gobiernos e intereses
corporativos estadounidenses, franceses, británicos e italianos,
suplicando una oportunidad para mostrar lealtad a sus nuevos amos.
13.
El “ejercito rebelde”del CNT (Consejo Nacional de Transición), hasta
hace poco una formación heteróclita de civiles indisciplinados y ávidos
de venganza, está mayormente controlado por islamitas extremistas,
muchos de ellos excombatientes de Al-QAEDA en Afganistán. Ocupan cargos
militares importantes y están ansiosos de controlar en forma exclusiva
el nuevo poder en Trípoli, a fin de instalar un Emirato Islámico
radical. Sueños de opio pues Washington y la OTAN lo impedirán con
todos los medios a su alcance. Como ya lo hemos dicho, de fracasar en
sus ambiciones de poder absoluto, estos islamitas de línea dura podrían
abocarse a una “Yihad islámica” (guerra santa contra el dominio
euro-estadounidense) en el desierto libio, en alianza táctica con los
demás sectores antiimperialistas.
14. Aunque la
hipótesis de un régimen integrista islámico salido de la insurgencia
libia pareciera apartada de toda realidad, los servicios de
intoxicación psicológica de Washington y Bruselas estarían felices de
pintar un escenario catastrofista mundial. Sacarían los
espantapájaros del armario y presentarían un mar mediterráneo amenazado
por “los nuevos Talibanes de Trípoli”. Es decir, una amenaza mortal al
Canal de Suez, al transito petrolero mundial, a la economía global,
amenaza letal a la existencia del Estado de Israel y… ¿porque no?..
“También una amenaza al planeta de los simios”. Cuan más ridícula sea
la mentira de Estado, mayores serán las probabilidades y el ímpetu
para desatar una guerra de conquista con armas de exterminio en masa.
Como siempre, la ONU se encargaría de legalizar y bendecir el proyecto
genocida.
15. El segundo capítulo de la guerra de
Libia (guerrilla en el desierto) hay que situarla en el contexto
mundial. Los EE.UU. y la Eurozona están al borde de la quiebra
financiera; se avecina probablemente una devastadora depresión
economica mundial y China misma se siente amenazada por los efectos de
aquella. El fenómeno de los “indignados” que empezó en el mundo árabe ya
contagio a Europa, Israel y se extiende a través de casi todas las
ciudades de los Estados Unidos. La “ocupación de Wall Street” se ha
convertido en símbolo de rebelión de la juventud y las organizaciones
de masa, contra un sistema inicuo que privilegia al 1% de la población
contra el 99% en situación de creciente pobreza. La ira popular contra
el descomunal gasto destinado a las guerras de conquista, el grave
retroceso de la economía estadounidense y la muy probable nueva crisis
financiera mundial, hará muy difícil que la OTAN soporte una guerra
desgastante en el desierto libio.
16. Eminentes
pensadores científico-sociales y economistas estadounidenses no
descartan una explosión social seguida de una guerra civil en Estados
Unidos, de no producirse una recuperación economica tangible para fines
de 2012 y de persistir el colosal derroche de recursos destinados a
financiar la llamada “guerra anti-terrorista con carácter permanente”.
Es un hecho comprobado que las políticas guerreristas, la avaricia
corporativa, la mega especulación y las fechorías de los “banksters”
han empujando las clases medias al borde de la extinción. Un estallido
social que desemboque en una guerra intestina significaría el derrumbe
de la economía y el liderazgo político-militar estadounidense en el
mundo. Llevaría la Alianza Atlántica (OTAN) a un estado de inoperancia y
aceleraría la tendencia a la desintegración economica y social de la
Unión Europea. De verificarse en los hechos tal hipótesis, entonces no
sería extraño el surgimiento de un nuevo orden mundial impulsado por
las potencias del BRICS (Brasil, Rusia, China, India y Suráfrica) e
influidos por el triunfo de nuevos movimientos de liberación nacional y
procesos de cambios sociales a nivel mundial. Cambiaria
cualitativamente el mapa geopolítico mundial y, por ende, la relación
de fuerzas globales. Por supuesto, impactaría en el resultado final de
la insurgencia Libia, lo cual a su vez influiría sobre el curso de los
acontecimientos en el Mediterráneo Oriental, el Mundo Árabe y África
continental.
17. Como hemos dicho, la posible
insurgencia contra el invasor USA-OTAN se desarrollaría en el marco de
una estrategia de “guerra de movimiento y desgaste, de largo aliento”.
El nuevo ejército fantoche del CNT no tendrá la capacidad militar para
frenar el avance de una guerrilla con apoyo tribal. Se replicaría
entonces un escenario de tipo Irak-Afganistán en el cual la
intervención militar directa USA-OTAN incrementaría numéricamente sus
fuerzas y los contingentes de mercenarios y gamberros procedentes de
todo el mundo. Potenciaría el uso indiscriminado de drones dotados de
misiles “hellfire”, bombas revienta-dunas, ataques bio-químicos de
amplio radio circular y tropas de asalto y exterminio en aéreas
suburbanas, rurales y poblados en el desierto, producirán matanzas en
masa y sufrimientos indecibles mas a inocentes que a insurgentes. La
participación “imperceptible” de la inteligencia israelí no sería de
descartar. Aun así, EE.UU.-OTAN perderán indefectiblemente la guerra
en razón del rápido resquebrajamiento de sus economías, la
descomposición social y la desmoralización de un ejército
sobre-extendido (en distintas latitudes), lo cual divide y debilita
anémicamente sus fuerzas.
18. Lejos de escarmentar por
los descalabros sufridos en Afganistán, los EE.UU. se preparan para
lanzar un ataque directo de gran envergadura contra Pakistan, so
pretexto de neutralizar la supuesta red talibán Haqqanni, considerada
ahora (luego de la ejecución de Bin Laden) como la “verdadera amenaza
terrorista a la seguridad nacional de los EE.UU.” En toda verdad, el
ataque responde a un plan secreto urdido por Obama y sus asesores con
miras a ocupar la rica provincia petrolera de Beluchistán,
fracturar/desmembrar el Estado pakistaní para hacer posible el sueño
estadounidense de controlar las inmensas riquezas energéticas del mar
Caspio a través del proyectado oleoducto
Turkmenistán-Afganistán-Pakistan (desembocando en el puerto de Karachi).
De paso, privar a China de su siempre aliado político Pakistan y
evitar que Beijing pueda tener acceso a los hidrocarburos del mar
arriba mencionado. Busca la joya de la corona: apoderarse del arsenal
nuclear del país indostano y entregarlo en las manos del Estado de
Israel, quien a su vez lo utilizaría contra Irán y Siria, lo que
consolidaría su posicionamiento hegemónico sobre el Mundo Árabe y el
Golfo Pérsico, a la vez que incrementaría su peso especifico en el
plano mundial.
19. Como que si no fuese suficiente,
EE.UU. se prepara también para ocupar Yemen (punto geoestratégico de la
península arábiga), invadir Somalia (sitio clave para el control del
Cuerno de África) y emprender nuevas aventuras en el Africa Negra
usando el poderío del ÁFRICA (Comando de los Estados Unidos para el
África). La ecuación esta clara: entre mas frentes de guerras abran
los EE.UU en el mundo, mayor será el riesgo de sufrir una nueva derrota
militar en Libia. ¿Cuánto tiempo más soportara la escuálida economía
de EE.UU el funesto costo de tales guerras? Le queda poco tiempo. Los
últimos años del imperio estadounidense parecen estar aritméticamente
contados.
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