En 2009, la economía mundial se contrajo un 2,2%. Sin embargo, durante los últimos dos trimestres de 2009 y el primero de 2010, hubo una recuperación, sobre todo en EEUU, cuyo PBI creció 5,7% y 2,7% respectivamente, mientras que las principales potencias europeas crecieron a tasas mucho menores, entre el 0,1 y 0,5%. Esta recuperación en EEUU, muy discutible en Europa, hizo que se hablara del comienzo de la salida de la crisis económica, aunque caracterizada como débil y lenta.

En abril de 2010, estalló la crisis de la deuda griega. Este hecho fue calificado por economistas de renombre como Roubini, como la “punta del iceberg” que no se frena en las fronteras de Europa sino que generarían pronto “serios problemas en Estados Unidos y Japón”. La crisis griega abrió una nueva fase de desarrollo de la crisis internacional, caracterizada por la incapacidad de los Estados en afrontar endeudamientos y déficits gigantescos que hacen, incluso a la débil recuperación, insostenible.

Los acontecimientos en Europa (la UE representa aproximadamente el 35% del PBI mundial), confirman esta caracterización. Los duros planes de ajuste lanzados en simultáneo en prácticamente todas las naciones del continente orientan la economía mundial hacia una nueva recaída en la crisis.

La reciente cumbre del G20 marcó un punto de inflexión en cuanto al desarrollo de una política “expansiva” que fue hasta ahora, la orientación privilegiada de las potencias imperialistas para evitar una depresión. “La recuperación de la economía mundial es "frágil" y "desigual", el paro "se mantiene en niveles inaceptables en varios países", pero ya no habrá más estímulos fiscales para reactivar la economía. El recorte del déficit público se ha impuesto como prioridad, primero en Europa, y ahora en todos los países industrializados. Así lo consagra el comunicado final del G-20, que terminó el domingo su cuarta cumbre en Toronto (Canadá)."La cumbre refleja una amplia convergencia con las tesis europeas", reivindicó el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso. Con todo, se trata de una postura conjunta que encierra visiones diferentes. Por ello, la reducción del déficit se hará en función de las circunstancias de cada país” (Los líderes priman el mensaje de reducción del déficit frente al del crecimiento, El País, 27/06/2010). La burguesía es plenamente consciente de la dinámica de la crisis y sus consecuencias políticas y sociales, aunque es incapaz de ofrecer una salida. “Reducir el déficit a la mitad para algunos países es un ajuste draconiano, cuando uno se pasa en la medicina puede matar al paciente", recalcó el ministro de Exteriores brasileño, Guido Mantega” (Idem). La conclusión es que se entra en una fase más “agresiva” de la crisis, sin red de contención que atempere momentáneamente sus efectos.

En Europa son regla los planes de austeridad. La burguesía imperialista ha salido de manera abierta a liquidar el conjunto de las conquistas obreras de postguerra. Rebajas salariales, despidos en masa, aumento de la edad jubilatoria (el plan es llevarla progresivamente a los 70 años), reducción de los presupuestos sociales, de seguro al desocupado, etc. Con las medidas de ajuste, el otro aspecto central es la reforma laboral (caso de España y Grecia) para que las economías europeas abaraten costos y puedan competir en mejores condiciones con sus rivales.

El gobierno de Obama que también ha tomado duras medidas de ajuste, busca aprobar en el senado una reforma financiera cuyo objetivo es limitar el endeudamiento por medio de la regulación de determinadas operaciones de la banca. Sin embargo, el foco de EEUU está centrado en China, en las disputas crecientes para que abandone el tipo de cambio fijo con respecto al dólar y revalúe su moneda, el yuan y de esta forma atenuar su déficit comercial. China, ha sustituído el tipo de cambio fijo por uno más flexible, atado a una canasta de monedas, lo cuál ha sido elogiado por EEUU. Esta “concesión”, fue forzada por los EEUU aplicando aranceles a las exportaciones chinas en el sector metalúrgico (tubos de cobre) y amenazando con ampliarlas a otras ramas productivas, buscando limitar su crisis a expensas de China.

Japón se encuentra en la misma necesidad que EEUU y Europa al tener una relación de déficit público PBI del 220% (el de Grecia era del 124%). La economía japonesa se contrajo más del 5% en 2009 y creció en el primer trimestre del 2010 un 1,2%.

Demás está decir que pensar en una salida concertada de las potencias imperialistas ante la crisis actual sería negar la propia naturaleza del capitalismo imperialista, la “rivalidad”, al decir de Lenin, de estas potencias en su lucha por la hegemonía del mercado mundial, que inevitablemente se resuelven de una forma “no pacífica”.

Irán en la mira yanky

La crisis internacional agudiza la lucha entre los consorcios capitalistas (cuya defensa asumen los distintos Estados) por el dominio exclusivo del mercado mundial.

Una de las premisas de nuestro análisis internacional es que la decadencia del papel hegemónico de EEUU se ha acentuado al no poder obtener un triunfo militar en Irak y, sobre todo ahora, en Afganistán En segundo lugar la crisis económica internacional golpea muy duramente a su propio mercado.

Sus competidores principales, los imperialismos europeos (Alemania, Francia, etc) están también en difíciles condiciones con su unidad económica cuestionada por la crisis y en medio de una dura batalla con la clase obrera de sus propios países.

EEUU parece colocarse nuevamente en el centro del ring. Ninguna potencia resigna su papel hegemónico pacíficamente. Obama fue dura y públicamente cuestionado por el comandante de las tropas yankis en Afganistán como “un tipo que no está comprometido con la guerra”. Luego de estas declaraciones, el general Mc Crystal fue eyectado inmediatamente de su puesto. Sería ingenuo creer que se trató de un exabrupto de un subordinado con el comandante en jefe del ejército yanky. En el mismo sentido apuntan, las contradicciones del gobierno yanky con Israel y con el llamado “lobby sionista” de EEUU por la política de negociaciones hacia Irán.

Estas diferencias en el seno del imperialismo yanky parecen comenzar a saldarse.

Luego del endurecimiento de las sanciones económicas a Irán por parte del Consejo de Seguridad de la o­nU, naves estadounidenses se han dirigido hacia el Mar Rojo, a las costas de Irán. El ataque militar imperialista a Irán, lo que era la perspectiva trazada por un ínfimo número de organizaciones políticas está ahora a la orden del día, ocupando las declaraciones y las tapas de los diarios en todo el mundo que señalan la posibilidad, cada vez mas cierta, de este desenlace.

La importancia en torno al desarrollo nuclear iraní tiene que ver con el cambio en las relaciones de fuerza en Medio Oriente y Asia, a partir de la irrupción de una nueva potencia nuclear, hecho al cuál pone en cuestión la estrategia yanki, iniciada en Irak y Afganistán de controlar las principales reservas mundiales de petróleo que se encuentran en Medio Oriente.

Relacionado a este hecho, el ataque militar a la flota de ayuda humanitaria que se dirigía a la Franja de Gaza por comandos de Israel, puede interpretarse como un golpe a la línea negociadora encabezada por el gobierno turco apoyado por Brasil (absolutamente desautorizada por el gobierno yanky y señalada como una intromisión) con respecto a la cuestión palestina que está en completa sintonía con la actual orientación imperialista hacia Irán.

Otro hecho que va en el mismo sentido es la triplicación (a 100 mil soldados) de las tropas estadounidenses en Afganistán.

Si finalmente se produce este ataque, la escalada militar tendría imprevisibles consecuencias y podría ser el detonante o acelerar el desarrollo de un enfrentamiento bélico de carácter internacional.

Otro punto caliente del tablero mundial es Corea. Se a puesto fin al armisticio de 1953 entre Corea del Norte (otro país con desarrollo nuclear incipiente que ha realizado ensayos nucleares) y Corea del Sur por el reciente hundimiento de una corbeta surcoreana. La guerra de Corea ocurrida entre 1950 y 1953 enfrentó a China y la URSS aliados de Corea del Norte contra los EEUU, que apoyaban a Corea del Sur.

Actualmente, EEUU tiene 30 mil soldados instalados en Corea del Sur y 90 mil en Japón, que se suman a un despliegue militar de dos millones de soldados en la frontera trazada tras la guerra. Corea del Norte es uno de los estados que también está en la mira de EEUU y ha sido amenazada reiteradamente. Con relación a los hechos recientes, Hillary Clinton responsabilizó a norcorea por el hundimiento de la corbeta y buscó el apoyo de todos los miembros del Consejo de Seguridad de la o­nU, para responder a Norcorea, quién negó su responsabilidad en el ataque y desafió a EEUU con una guerra abierta. Tal vez la posición de China, contraria a profundizar las sanciones actuó como un paño frío frente a la escalada desatada. Al respecto, Fidel Castro declaró, vinculando lo sucedido en Corea e Irán: “ Creía por mi parte inicialmente, al analizar la actual situación, que la contienda comenzaría por la península de Corea, y allí estaría el detonante de la segunda guerra coreana que, a su vez, daría lugar de inmediato a la segunda guerra que Estados Unidos le impondría a Irán. Ahora, la realidad cambia las cosas en sentido inverso: la de Irán desatará de inmediato a la de Corea.” (CubaDebate)

Por último, se debe señalar como un factor de enorme importancia dentro de la situación internacional la resistencia del proletariado europeo a los planes de ajuste lanzados indistintamente por los gobiernos conservadores o socialdemócratas de la UE. Desde Grecia, pasando por España, Italia o Francia se suceden una tras otras, importantes luchas y paros generales. La política, tanto de la socialdemocracia como del stalinismo, que dirigen los sindicatos y partidos donde se referencia un sector importante de la clase obrera se puede resumir en la siguiente expresión del secretario general del sindicato del sector público griego: “los sindicatos harán todo lo posible para presionar por sus demandas de una redistribución más justa de los costos de las medidas de austeridad, pero no tienen ninguna intención de ayudar a los especuladores que apuestan a un default”. La burocracia sindical no quiere derrotar los planes de ajuste, sólo negociar algún que otro aspecto parcial. De allí su negativa a unir al conjunto de la clase obrera en un frente único que lance la huelga general en cada país, pero también coordinada a escala de toda Europa para enfrentar con posibilidades las medidas antiobreras y también su rechazo a sumar a la juventud y los estudiantes. La política de la socialdemocracia y el stalinismo está permitiendo avanzar a la burguesía. Sin embargo, luchas como las del metro de Madrid, donde sus trabajadores han lanzado la huelga contra las rebajas salariales, sin esperar al paro general convocado por las direcciones UGT y CCOO recién para el mes de septiembre, señalan la posibilidad de que estas direcciones agentes de la patronal sean desbordadas. En la actual situación, tan importante como el desarrollo de una política de frente único hacia las grandes organizaciones obreras de masas es, siguiendo el camino que señalan los trabajadores del metro madrileño, ganar las organizaciones de base del movimiento obrero, centralizarlas y coordinarlas para desarrollar organismos democráticos de lucha de los trabajadores para sobrepasar a los dirigentes traidores, para empujar hacia la huelga general indefinida lo cual no sólo abriría la posibilidad de la derrota de los planes de austeridad sino que cuestionaría abiertamente a los gobiernos y regímenes europeos.

Por una Internacional Obrera Revolucionaria

La principal necesidad que tiene hoy vanguardia obrera de todos los países es la formación de una Internacional Obrera Revolucionaria, basada en los principios fundacionales de la IV Internacional fundada por León Trotsky. Partiendo de esta perspectiva, la situación política exige dirigirse con toda la fuerza posible al movimiento obrero para plantear que es necesaria la movilización internacional contra un ataque imperialista a Irán cuyas consecuencias, como dijimos, son de una profundidad imprevisible. Este planteo debe desarrollarse, por supuesto, desde el punto de vista del marxismo revolucionario y en oposición también al nacionalismo burgués, es decir, la lucha contra el imperialismo no supone el apoyo político a ninguna variante de la burguesía. Las acciones de solidaridad con el pueblo palestino de los obreros portuarios suecos que se negaron a cargar y descargar –salvo medicinas- los productos llegados desde Israel y los exportados por Suecia, son un ejemplo de internacionalismo para todo el movimiento obrero. Al mismo tiempo, también es una tarea de primer orden la solidaridad de la clase obrera con sus hermanos europeos que enfrentan los planes de ajuste lanzados por los gobiernos de la UE.

Estos hechos son la manifestación palpable de la dinámica de la crisis internacional en curso. La necesidad de un Partido Mundial de la Revolución Socialista esta planteada definitivamente porque la única manera de revertir el cuadro de millones de desocupados y crisis social aguda, de guerras y otras calamidades es mediante el derrocamiento de los gobiernos burgueses y la instauración de gobiernos obreros y del pueblo pobre basados en sus organizaciones democráticas de lucha que abran la vía hacia el socialismo. Sólo la clase obrera organizada en un Partido puede cumplir esta tarea histórica.

Se calienta el tablero mundial
Recuperación insostenible
PRS - Partido Revolucion Socialista | 11-8-2010 a las 16:07 | 318 lecturas
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