Lo que no dice la mafia mediática
Publicado En:
REALIDAD
.
Por DAVID UGARTE
Panamá
Lo que no dice la mafia mediática
|
Derecho
que Washington ha persistido en atropellar en América Latina, por lo
menos desde la proclamación de la Doctrina Monroe(1823), de lo cual la
historia de Panamá es un muestrario interminable desde mediados del
siglo 19, como de heroicas luchas contra la injerencia yanqui. De modo
que de allí debe arrancar todo relato que involucre la actuación del
imperio en la nación istmeña. Pero es este dato mayor el que
precisamente omiten los papagayos y plumíferos que tanto presumen de
equilibrio y objetividad informativa pero practican exactamente lo
contrario. El enfoque que se difunde por los pulpos mediáticos sobre lo
ocurrido en Panamá antes y desde el 20 de diciembre de 1989 es de una
banalidad y una parcialidad inigualables. Nada menos que sobre hechos
que condujeron al pisoteo más escandaloso de su integridad territorial,
su soberanía y autodeterminación así como a la muerte de miles de sus
hijos, que de eso se trata.
No
de que fue derrocado Noriega, el “sanguinario” dictador, que en fin de
cuentas no era el principal problema para Estados Unidos. No. Lo primero
es lo primero. Ese día Estados Unidos invadió Panamá, acción por sí
sola ilegal, inmoral e ilegítima, y por ello condenado en términos muy
enérgicos en la Asamblea General de la ONU. De modo que todos los actos
derivados de la agresión, incluyendo el apresamiento y juicio a Noriega
son ilegales. La invasión y ocupación se realizó, además, con fuerza
aplastantemente superior en medios de guerra de gran poder destructivo y
de muy alta tecnología. Arrasó desde el aire todos los objetivos
militares y –qué dato más revelador- gran parte de las barriadas
populares de la capital de Panamá y otros puntos del país. Utilizó
varios tipos de armas ultrasofisticadas, entre ellas algunas que al
parecer no han podido ser identificadas. El Pentágono ha reconocido el
uso en Panamá por primera vez de medios de combate de alta tecnología
cuyo empleo después se generalizó en las intervenciones contra Servia,
Somalia, Irak, Afganistán y Libia, pero los testimonios de muchos
sobrevivientes del Chorrillo y otros barrios humildes hablan de la
muerte de seres humanos en formas que no pueden ser ocasionados por la
metralla convencional y ni siquiera por el napalm. Sobre la invasión y
sus antecedentes han escrito historiadores, periodistas e intelectuales
reconocidos, entre ellos los panameños Jorge Turner, Olmedo Beluche,
Ricaurte Soler, Roberto Méndez, Julio Yao y el irrepetible José de
Jesús(Chuchú) Martínez, ayudante del general Omar Torrijos. Véase una
valiosa antología en
http://www.tragaluzpanama.com/01/memo/20dediciembre04
Pero,
¿cuál era el gran problema que preocupaba a Estados Unidos? La
conciencia patriótica y antimperialista y el reforzamiento de la
organización y el poder populares que habían adquirido las masas
panameñas en la etapa final de la lucha por la soberanía de Panamá sobre
el Canal interoceánico, proceso encabezado brillantemente por el
general Omar Torrijos. El imperio no quería que quedara piedra sobre
piedra de aquel bastión de dignidad construido por generaciones de
panameños y consolidado por Torrijos. Muchos miembros de las Fuerzas de
Defensa de Panamá(FDP) y milicianos de los Batallones de la Dignidad(BD)
murieron combatiendo a los invasores. Testigos presenciales refieren el
asesinato por la soldadesca yanqui de los miembros de las FDP y los BD
que ya sin municiones decidían rendirse al enemigo.
El
otro gran problema para los yanquis era que los acuerdos
Torrijos-Carter devolvían la soberanía de Panamá sobre el canal a partir
del año 2000. La invasión de Estados Unidos se adelantaba a la fecha
para asesinar a miles de patriotas y destruir a las FDP y los BD,
aterrorizar a la población, inmovilizarla, para que, llegado el momento,
no fueran capaces de reorganizar sus fuerzas y hacer valer los derechos
conquistados sobre la estratégica y codiciada vía acuática frente a los
títeres impuestos por la soldadesca yanqui. Fue un gran retroceso
histórico.
0 Comentarios
Publicar un comentario