Resulta bastante dificil dirimir lo que ocurre exactamente en Libia, ya que ahora nos la ponen mas dificil anunciando cualquier cantidad de mentiras que promuevan la confusión entre los mismos habitantes de Libia y del mundo en general. La unica verdad es que la humanidad en pleno es una verguenza al permitir lo que ocurre todos los días en Libia, Gaza y cualquier otro país que tenga la desgracia de haber sido marcado por los inquisidores de este planeta. Debemos ir pensando en como detener estas masacres, sin tener que esperar a que unos burocratas mercenarios como los de la ONU, OEA, OTAN, o como se llamen estos grupusculos, a los cuales les fue dado un poder bajo unas reglas que nadie nos preguntó. En este momento propongo que cada habitante justo de este mundo, eleve una voz de protesta a traves de cuaquier medio o red social, y hagamoslos arrepentirse de habernos dado esas herramientas que nos fueron dadas para dominarnos, pero que ahora las vamos a usar para defendernos. No me queda mas que tratar de hacerles llegar un recuento de lo que ha ocurrido en Libia en el ultimo mes, para que ustedes saquen sus propias conclusiones,:


Desestiman en Libia reportes sobre huída de Gadafi

20 Agosto 2011

Fuentes oficiales libias y gobiernos extranjeros desestimaron hoy por infundadas versiones de medios transnacionales según las cuales el líder Muamar el Gadafi abandonó el país.

El portavoz oficial libio, Musa Ibrahim, negó que Gadafi llegara a Sudáfrica en busca de asilo político.

La víspera, una fuente boliviana refutó que el dirigente de la Yamahirya hubiese llegado el aeropuerto de la ciudad de Cochabamba en un vuelo privado y fuera recibido por un ministro del Gabinete.

Esta es la segunda ocasión en que los adversarios de Gadafi anuncian su partida al exterior: la primera fue en mayo pasado después de un fuerte bombardeo de la OTAN y fijaron para el 17 de ese mes la fecha de un levantamiento general de la población capitalina contra las autoridades.

La semana pasada el propio Gadafi, en una llamada telefónica a los medios libios, alertó sobre el incremento de la guerra sicológica contra el gobierno legal por parte de la OTAN.

Reportes de medios que tienen corresponsales en las zonas dominadas por el autodenominado Consejo Nacional de Transición (CNT) difundieron un comunicado en el cual instan a la población de esta capital a prepararse para el asalto final que las pondría bajo su control.

Tales anuncios siguen a un incremento neto de los bombardeos aéreos de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) contra esta capital- en los que murieron unas 20 personas, según cifras oficiales- y otras localidades donde operan los insurgentes del CNT.

Fuentes de los adversarios del gobierno aseguraron hoy que sus tropas se acercan a esta capital y se aprestan a tomarla después de conquistar la ciudad de Zlitan (este) sometida a fuertes ataques aéreos de la OTAN desde la semana pasada.

Asimismo ponentes del CNT aseguran estar en control de la refinería de Zawiya, en el oeste, la única del país norafricano.

El gobierno, por intermedio del portavoz Ibrahim, desestimó las alegaciones y afirmó que las tropas leales dominan la ciudad.

(Con información de Prensa Latina)

Marionetas de la oposición de Libia dicen que están por ganar

18 Agosto 2011


La Arena

La guerra civil en Libia fue pasando por varias etapas, en lo político y en lo militar, convirtiéndose en guerra nacional.

Primero fue una guerra civil o enfrentamiento de dos bandos internos que dirimían sus diferencias a los tiros. Eso fue en febrero de este año, y por diferencia de peso específico, el gobierno de Muamar el Gadafi llevó allí la mejor parte. Los rebeldes se atrincheraron en Benghazi, al este, aunque también promovieron levantamientos en Brega, Misurata y la capital, Trípoli.

Otro momento se inició en marzo, con la intervención armada de la OTAN. La guerra civil tomó aspectos de guerra nacional, pues las potencias imperiales intervenían a favor de los “rebeldes”, ahora con comillas porque se develaba que eran peones de los grandes países interesados en el petróleo libio. La combinación de guerra civil con guerra nacional dejaba un margen político para Khadafy, que buscaba reverdecer laureles anticolonialistas de la década del ´70. Se sabe que en los últimos veinte años el presidente se reconcilió con los peores jefes de los imperios, George Bush incluido.

Sin embargo esa ventaja política para el gobierno, que aparecía como “patriota” a los ojos de una parte de su población, se redujo en el plano militar. Es que los constantes bombardeos de la OTAN afectaron a sus tropas, tanques y aviones, que ya no tuvieron la capacidad de moverse a voluntad.

De todos modos las tropas gubernamentales siguieron dominando el escenario. Entre marzo y mayo pasado, los hombres de Khadafy recuperaron varias de las ciudades que habían perdido, algunas de importancia como las ciudades portuarias de Brega y Ras Lanus. Los opositores confiaban en la llegada de armas y dinero de EE UU y la OTAN, así como de los gobiernos árabes más alineados con Washington (Arabia Saudita y países del Golfo).

Además se concentraron en pedir los reconocimientos políticos a su Consejo Nacional de Transición Libia (CNT) con asiento en Benghazi. Eso buscaba apoyo diplomático pero también financiero. Si eran reconocidos como autoridad legítima podrían quedarse con los depósitos del país en el mundo, calculados en 160.000 millones de dólares.

Y en eso tuvieron éxito. Francia fue la primera potencia en reconocer el CNT. Hasta la primera quincena de junio ese reconocimiento había sido hecho por once países: además de aquélla, Qatar, Gran Bretaña, Italia, Gambia, Malta, Jordania, Senegal, España, Australia y EE UU.

Ese apoyo político dio más respaldo a los raids criminales de los aviones de la OTAN, cuyo secretario Anders Fogh Rasmussen se limita, de vez en cuando, a decir que lamenta la pérdida de vidas de civiles. Las bombas siguen cayendo sobre la población. Esas cínicas declaraciones parecen un revival de los “daños colaterales” teorizados por el Pentágono, la OTAN y sus voceros en casos similares de Iraq y Afganistán.

Desastroso CNT

Los jefes del CNT han demostrado aptitud para negociar que la coalición atlántica intervenga en Libia, pues de lo contrario la guerra civil iba a cerrarse con una segura victoria de Khadafy. Y también han sido eficaces para tramitar cuantiosa ayuda militar y financiera que no se ha visto en el campo de batalla; muchos piensan que esos fondos fueron a parar a cuentas personales.

Y hay mucha plata en juego. Francia anunció millones de dólares en concepto de ayuda, seguida de EEUU, Holanda e Italia. Esta última, poco bondadosa, aclaró que los 400 millones de dólares que aportaría estaban garantizados por depósitos de Libia en sus bancos. O sea que no ponía ni una moneda propia…

Las armas modernas entregadas a los “rebeldes” podrían haber sido revendidas a contrabandistas, que las harán plata en otros frentes bélicos del mundo o quizás en la misma Libia.

Así de mercenarios y poco dados a la lucha son los amigos libios de Hillary Clinton, Nicolas Sarkozy, David Cameron, Silvio Berlusconi y Angela Merkel.

Lo que los integrantes del Consejo de Transición tuvieron claro de movida, o se lo clarificaron sus jefes europeos y estadounidenses, es que necesitaban armas extranjeras para bombardear. Y que eso demandaba de agencias de publicidad y medios de comunicación para lavar esos crímenes propios y endosarlos a Gadafi, poniéndolo como el “malo de la película”.

Así fueron contratados “los servicios de al menos dos de las principales agencias de relaciones públicas Norteamericanas, para ´asesorarlos y ayudarlos´: The Harbour Group de Nueva York y Patton Boggs, de Washington”, asegura Alfredo Embid en su artículo “Desconstruyendo las justificaciones de los crímenes de la OTAN” (Boletín CIAR).

El panorama de la guerra se fue haciendo un poco favorable a los enemigos de Khadafy, luego de cinco meses de bombardeos. Pero vieron afectada su imagen ante el mundo al asesinar a su propio jefe militar, el ex ministro del Interior del gobierno libio, general Abdel Fattah Younes. Sumado a la oposición proestadounidense, fue asesinado por sus subordinados el 28 de julio en Benghazi. Aparentemente la autoría fue de la Brigada Obaida Ibn Jarrah, sospechada de vínculos con la red Al Qaida.

Los hijos de la víctima reclamaron justicia para con los verdugos amenazando que, en caso contrario, su tribu (Obeidi) y sus 400.000 miembros, lo harán por cuenta propia. Que los “rebeldes” se fagocitaran a su jefe militar y dos oficiales de su círculo íntimo, dio una idea de las diferencias internas que tienen y el modo brutal de dirimirlas. ¿Estos son los que acusan de “dictador” a Gadafi?

Solucionen su crisis

…en vez de cometer genocidio en el norte de Africa. Eso dan ganas de decirle a la administración Obama y sus aliados de la Unión Europea, que gatillan bombas y misiles contra Libia, preocupados dizque por “dramas humanitarios” en esa zona, mientras millones de estadounidenses y europeos están sufriendo horrores por la crisis internacional incubada por esos gobiernos.

La OTAN siembra la muerte en bombardeos que matan familiares de Gadafi, periodistas en la televisión, familias enteras y hasta a 13 soldados “rebeldes” que cometieron el error de andar en tanques y no informarlo a los cráneos de la fuerza extranjera. “No voy a pedir disculpas”, dijo sobre ese incidente el subcomandante de las operaciones de la OTAN en Libia, el contraalmirante británico Russell Harding.

El 30 de julio los aviones imperiales atacaron en Trípoli a la oficina de la TV, matando a tres periodistas libios e hiriendo a otros quince. El vocero de la OTAN, el coronel canadiense Roland Lavoine, no tuvo mejor argumento que decir que el objetivo del ataque era suspender “las emisiones del terror”. “La intervención era necesaria ya que la televisión era una parte importante del régimen de Khadafy que servía para aterrorizar a la población civil”, añadió. Más ridículas sonaron sus justificaciones de la matanza del 8 de agosto en Zliten, donde fueron asesinados 85 personas de unas veinte familias.

Lavoine dijo: “teníamos informes de inteligencia de que era un objetivo militar”.

A pesar de estos antecedentes, la Corte Internacional de La Haya, por decisión del argentino Luis Moreno Ocampo, emitió orden de arresto internacional contra… Gadafi, un hijo suyo y otro funcionario. No hay peor ciego que el que no quiere ver. O al que le pagan para no ver.

¿Caerá el presidente libio en manos de sus enemigos? Las agencias internacionales afines a la OTAN vienen agitando en los últimos días con que habría un avance imparable de los “rebeldes” y que éstos habrían sitiado Trípoli. Esos informes aseguran que las ciudades de Zawiya y Sorman habrían sido ocupadas; la primera queda a 50 kilómetros de la capital. La especie fue desmentida por el vocero gubernamental Musa Ibrahim.

El jefe del Pentágono, Leon Panetta, dando por válidas las noticias que más le convienen, se entusiasmó con que “los días del dictador libio están contados”. Más grosero fue el vocero de la Casa Blanca, Jay Carney, quien expresó: “el pueblo libio tiene el derecho a decidir sobre su futuro”.

Justamente, Libia tiene derecho a decir su futuro, sin potencias extranjeras bombardeando sin cesar desde marzo con el afán indisimulado de apoderarse de su petróleo y plantar otra base militar contra cualquier revolución árabe. Haber tardado tanto tiempo en lograr esos objetivos contra un gobierno de poco prestigio mundial como el de Gadafi, revela que los viejos imperios son voraces como siempre pero tienen los dientes picados por la crisis.

¿Qué está pasando en Libia según "La Vanguardia" y "Red Voltaire"?

La información difiere según el medio de emisión.
matapuces | 16-8-2011 a las 0:19 | 1213 lecturas | 4 comentarios
www.kaosenlared.net/noticia/esta-pasando-libia-segun-vanguardia-red-voltaire


Artículo publicado en "La Vanguardia" (15-8-2011)
Los rebeldes estrechan el cerco sobre Trípoli. Gadafi trata de insuflar valor a sus tropas pese a las victorias de los insurgentes y la huída de su ministro del Interior. Barcelona / Argel. (Redacción / Agencias).- El coronel Muamar el Gadafi hizo hoy un llamamiento a sus partidarios para resistir y prepararse para "liberar las ciudades tomadas por los insurgentes", mientras los rebeldes afirman que avanzar resueltamente en dirección a Trípoli. El cerco sobre el régimen se estrecha, y este podría ser uno de los últimos mensajes del coronel como jefe del estado. Una vez más calificó a los insurgentes de "ratas" y a sus dirigentes de "traidores" y afirmó que el fin del "colonizador", en alusión a la OTAN, está cercano así como el de las "ratas".

El mensaje telefónico emitido por le televisión oficial sonaba entrecortado, cosa que podría suponer que el coronel se encuentra escondido en algún lugar fuera de Típoli El coronel hizo alusión a los sucesivos anuncios, en las últimas horas, de nuevos apresamientos de ciudades por parte de los rebeldes, que el gobierno de Trípoli no cesa de desmentir calificándolos de intoxicación y guerra sicológica. Esta intervención de Gadafi, la primera desde hace semanas, se produce cuando los rebeldes avanzan hacia la capital desde los frentes oeste y sur, librando combates que les permita abrir el frente este. Según las últimas noticias, los insurgentes parecen controlar una gran parte de la ciudad de Zawiyah, 50 kilómetros al oeste de Trípoli, tras la toma de Surmane y Garyan, a 75 kilómetros de la capital. En este sentido, durante la mañana de hoy se libraban sangrientos combates entre los rebeles y las brigadas fieles al régimen de Gadafi en la ciudad de Zawiyah.

La toma de Zawiyah y de Surman constituye un avance estratégico considerable, puesto que han conseguido cortar la ruta de aprovisionamiento que proviene de la frontera con Túnez y aislar así los entornos de la capital. Más al este, la batalla por el control de la estratégica ciudad petrolera y portuaria de Brega continúa y los rebeldes siguen con el objetivo de controlar la parte occidental de la villa tras haber tomado la parte oriental. Por su parte, el gobierno de Trípoli, tras haber desmentido estas informaciones, ha reconocido implícitamente el avance de los insurgentes aunque ha tratado de minimizarlo. Pero Gadafi no sólo pierde en el terreno militar, sino también apoyos en su Gobierno. Hoy se conocía la llegada a el aeropuerto de El Cairo del ministro del Interior libio, Nasr al Mabruk Abdalá, que llegó junto a nueve miembros de su familia en un avión privado procedente de Túnez, informó el diario estatal Al Ahram en su versión digital.

Fuentes del aeropuerto internacional de la capital egipcia, citadas por el rotativo, Abdalá informó a las autoridades del aeródromo de que venía a Egipto para realizar un viaje turístico.

Sin embargo, según el periódico en los últimos días se han divulgado "rumores" sobre una posible deserción de este ministro y de su huida de Trípoli. Ningún representante de la Embajada libia en El Cairo acudió al aeropuerto para esperar al titular de Interior. Abdalá fue nombrado ministro del Interior en junio pasado para sustituir a Abdel Fatah Yunis, quien fue mano derecha del líder libio, Muamar el Gadafi, pero se unió a los rebeldes en protesta por la matanza de civiles perpetrada por el régimen libio. Yunis, que se convirtió en jefe del Estado Mayor de los rebeldes, fue asesinado el pasado 28 de julio por una facción de una brigada rebelde. Entretanto, las negociaciones se desarrollan en Túnez con absoluta discreción entre altos representantes del régimen libio y emisarios de los dirigentes rebeldes. El estado de las negociaciones, confirmado a Efe por una fuente tunecina, parece que reviste un carácter importante ya que el enviado especial del secretario general de la ONU, el antiguo ministro jordano de Exteriores, Abdellah Al-Khatib, ha llegado hoy al mediodía a Túnez para tomar parte en ellas.
Fuente: La Vanguardia.


Ver video: http://www.tv3.cat/videos/3656090/Gaddafi-cada-cop-mes-aillat

Artículo publicado por Red Voltaire. (13-08-2011)

La OTAN de espaldas a su misión por Thierry Meyssan

En 150 días de bombardeos, la OTAN ha arrasado gran parte de la infraestructura libia sin obtener por ello el menor resultado definitorio en el plano militar. Este fracaso es el resultado de su falta de reflexión estratégica previa. La OTAN creyó poder aplicar en Libia los protocolos preconcebidos para otros escenarios y se encuentra ahora sin respuestas ante un caso particular. La mayor alianza militar de la historia mundial, la misma que había sido concebida para enfrentar a la URSS y que soñó después con convertirse en el gendarme mundial, no logra llenar el nuevo papel que pretende asumir.

La diferencia entre una victoria y una derrota militar se define según los objetivos previamente definidos por el propio beligerante. En el caso de la intervención militar de la OTAN en Libia, existía un mandato de la ONU –garantizar la protección de la población civil– así como un objetivo, también oficial aunque ajeno al mencionado mandato: cambiar el régimen político del país. Al cabo de casi 150 días de guerra, la OTAN no ha logrado desequilibrar las instituciones libias. Si se tiene en cuenta la enorme diferencia que existe entre las fuerzas de ambos bandos, no queda otro remedio que admitir el fracaso militar y plantear ciertas interrogantes sobre la estrategia aplicada. La OTAN partió de un análisis erróneo según el cual las tribus del este y del sur de Libia, hostiles a Muammar el-Kadhafi, no tendrían mayores dificultades para tomar Trípoli si disponían de apoyo aéreo. Sin embargo, esas mismas tribus interpretaron los bombardeos como una agresión extranjera y se pusieron del lado del «Hermano Guía » para rechazar «la invasión de los cruzados». A partir de entonces, la OTAN sólo ha podido contar con dos fuerzas terrestres: los 3 000 soldados que seguían al general desertor Abdel Fatah Yunes y los cientos, quizás miles, de combatientes árabes provenientes de las redes del príncipe saudita Bandar Ben Sultan, también conocidos como la «nebulosa Al-Qaeda».

A raíz del asesinato del general Yunes, ultimado en condiciones particularmente atroces por los yihadistas de Al-Qaeda, se ha producido un derrumbe de las fuerzas rebeldes ya que los soldados de Yunes decidieron unirse al coronel Kadhafi para combatir contra Al-Qaeda y vengar la muerte del general. El mando operativo recayó en Khalifa Haftar, o sea bajo las órdenes de las fuerzas especiales de la CIA. Ante la urgencia, la agencia no ha vacilado en recurrir al reclutamiento de cualquier tipo de personas, incluyendo el uso de niños-soldados. Este ejército improvisado, cuyos efectivos fluctúan constantemente, anuncia una victoria cada dos días, cuando en realidad no hace más que acumular derrotas.

En cada batalla se reproduce el mismo guión: Los bombardeos de la OTAN obligan a la población a abandonar sus casas. Las fuerzas rebeldes se lanzan entonces sobre la localidad en cuestión y anuncian que han ganado terreno. Pero es en entonces que comienza la batalla. El ejército libio entra en la ciudad, acaba con los rebeldes y la población regresa a la localidad parcialmente destruida. La OTAN pudiera dar a la resolución 1973 una interpretación aún más amplia y considerar, aunque ese texto prohíbe explícitamente el despliegue de fuerzas terrestres, que es legítimo proceder a dicho despliegue si su objetivo es «proteger a los civiles». Pero tendría que enfrentarse entonces a un pueblo armado hasta los dientes y dispuesto a luchar. Y es que la Jamahiria ha entregado un fusil automático Kalashnikov a cada adulto y ha establecido un sistema popular de distribución de municiones.

Si bien la población libia carece seguramente del mismo nivel de entrenamiento que los soldados de la OTAN, el hecho es que cuenta con una evidente superioridad numérica y está además dispuesta a soportar grandes pérdidas, mientras que los soldados de la OTAN no están dispuestos a dar la vida por la toma de Trípoli. Desde el comienzo mismo del conflicto, los estrategas del Pentágono estimaron que nada de lo anterior era relevante en la medida en que son ellos quienes disponen de lo que creían el elemento más importante: la supremacía aérea. Esa doctrina, indiscutida en Estados Unidos, ha ido extendiéndose por las academias militares de los Estados miembros de la OTAN, donde era anteriormente objeto de severas críticas. Tiene su origen en las enseñanzas que el general Giulio Douhet sacó de la guerra italo-otomana, o sea la guerra de Libia de 1911. En aquel entonces, los italianos realizaron el primer bombardeo aéreo de la historia, en Trípoli. Aterrado ante la nueva arma, el Imperio Otomano cedió sin combatir. Las tropas italianas entraron en Trípoli sin disparar un solo tiro y Douhet llegó a la conclusión de que era posible ganar una guerra sólo con la aviación. Conclusión falsa ya que confunde el hecho de haberle quitado a los otomanos la posesión de Libia con la posibilidad de controlar el país. Los verdaderos combates vinieron después, cuando se produjo la insurrección popular libia. Algunos no están lejos de creer en la existencia de una maldición libia.

En todo caso, es precisamente en tierra libia que se está reproduciendo el mismo error conceptual exactamente un siglo más tarde. El predominio aéreo ha permitido arrancarle a la Jamahiria la representación legal del país y ponerla en manos del Consejo Nacional de Transición, lo cual carece de importancia en el terreno.

Para lograr controlar el país, la OTAN tendría que recurrir a sus propias fuerzas terrestres y, al igual que hicieron los italianos en los años 1912-1914, tendría que exterminar a más de la mitad de la población de Trípoli, lo cual está bastante lejos de coincidir con el contenido de la resolución 1973 del Consejo de Seguridad de la ONU. La OTAN había planeado hasta ahora su campaña de bombardeos en función de la doctrina de Douhet y de las mejoras que se habían incorporado a esta, como la teoría de los 5 círculos de John A. Warden III, que ya se había aplicado en Irak. Dicha teoría estipula que el objetivo de la selección de los blancos no debe ser la destrucción de las fuerzas armadas enemigas sino paralizar sus centros de mando, sobre todo mediante la eliminación de los medios de transmisión y de circulación.

La OTAN descubre entonces que la Jamahiria libia no es un lema propagandístico sino una realidad. Los Congresos populares gobiernan el país y Muammar el-Kadhafi redujo la mayoría de las administraciones a su más simple expresión. No hay aquí grandes y poderosos ministerios, sólo pequeñas oficinas. Los ministros no son personalidades de primer plano sino más bien jefes de equipos. El poder está en manos de los consejeros que rodean a los ministros y que son seleccionados únicamente según sus capacidades. El poder se encuentra así diluido y parece imposible saber quién lo ejerce.

Lo que fue un verdadero rompecabezas para los hombres de negocios que venían a Libia y que trataban de hallar a los interlocutores adecuados se convierte ahora en un enigma para los estrategas de la OTAN: ¿A quién hay que matar? En 5 meses de bombardeos no han podido hallar la respuesta. La única cabeza que sobresale es la de Muammar el-Kadhafi. La alianza atlántica está obsesionada con él. ¿No es el padre de la Nación? Eliminarlo sería destruir el principio de autoridad en la sociedad libia. Esta se vería instantáneamente «iraquizada» y caería en el caos. Sin embargo, contrariamente al precedente iraquí, la estructuración tribal y la organización horizontal del poder se mantendrían. Viéndose incluso desgarrada por los conflictos internos, la población libia seguiría siendo una entidad orgánica ante la invasión extranjera. No se resolvería ningún problema militar y, para colmo, la nueva situación acabaría con toda forma de delimitación del teatro de operaciones. La guerra se extendería inevitablemente tanto por el norte de África como en el sur de Europa. Matar a Kadhafi sería, en definitiva, la peor de las opciones. Al no contar con una estrategia conveniente ante esta situación, la alianza atlántica recurre a los viejos reflejos de la cultura militar estadounidense, aplicados en las guerras de Corea y de Vietnam: hacer la vida imposible para la población para que esta abandone a su «Guía» y lo derroque.

Para ello, la OTAN reforzó el bloqueo naval desde el comienzo del Ramadán para así cortar el suministro de gasolina y de alimentos, está bombardeando las centrales eléctricas y las instalaciones de distribución de agua, está destruyendo las cooperativas agrícolas, los pequeños puertos pesqueros y los mercados populares. En otras palabras, la OTAN está haciendo exactamente lo contrario al mandato que le otorgaron el Consejo de Seguridad de la ONU y los diferentes parlamentos de los Estados miembros: en vez de proteger a la población ante la amenaza de un tirano, la OTAN está aterrorizando a los civiles para que se rebelen contra el líder que respaldan. Esa estrategia podría durar hasta el fin del Ramadán. La OTAN tendrá entonces otras 3 semanas para tratar de lograr una victoria significativa antes de que suene la campana: el 19 de septiembre, día en que la Asamblea General de la ONU debe reunirse en Nueva York.

La Asamblea General pudiera entonces pedir explicaciones sobre la operación en marcha y, ante la demostrada incapacidad del Consejo de Seguridad para restablecer la paz, pudiera decidir imponer sus propias recomendaciones. En previsión de la reanudación de los combates terrestres que puede producirse a principios de septiembre, la OTAN está armando a los sublevados de Misurata y está tratando de limpiarles la carretera que tendrán que utilizar para tomar Zlitan. Al negarse Francia a entregarles armas una vez más, Qatar ha enviado un avión para realizar las entregas, a pesar del embargo decretado por la ONU.

Durante la noche del 8 al 9 de agosto de 2011, la OTAN limpió la colina de Majer, elevación que pudiera servir de posición avanzada para la defensa de Zlitan. La OTAN bombardeó granjas y tiendas de campaña que albergaban a unas 20 familias de personas desplazadas por la guerra, dejando un saldo de 85 muertos entre los que se cuentan 33 niños.

Fuente: Red Voltaire

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Filtran plan de gobierno occidentales para “Libia después de Gadafi”

11 Agosto 2011

Tom Coghlan
The Australian/Global Research
Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens

Los gobiernos occidentales han ayudado a preparar un proyecto para una Libia post-Gadafi que retendría gran parte de la infraestructura de seguridad del régimen para evitar un colapso hacia la anarquía similar al de Iraq.

El plan, de 70 páginas, obtenido por The Times de Londres, proyecta los primeros meses después de la caída del régimen de Gadafi. El documento fue elaborado por el Consejo Nacional Transitorio en Bengasi con ayuda occidental.

Los funcionarios dicen que el plan se basa en las lecciones aprendidas del desastroso cambio de régimen en Iraq en 2003 y de la toma de Libia oriental por los rebeldes en marzo.

El plan se basa en gran parte en la deserción de partes del aparato de seguridad de Gadafi hacia los rebeldes después de su derrocamiento. Es probable que no sólo resulte arriesgado, sino también controvertido, ya que muchos de los combatientes rebeldes están determinados a eliminar todos los vestigios del régimen.

El documento incluye propuestas para una “fuerza de tareas Trípoli” de 10.000 a 15.000 hombres, suministrada y apoyada por los Emiratos Árabes Unidos, para que se haga cargo de la capital libia, ocupe instalaciones cruciales y arreste a partidarios de Gadafi de alto nivel.

Afirma que 800 funcionarios de seguridad que sirven al gobierno de Gadafi han sido reclutados de modo clandestino para la causa rebelde y están listos para formar la “espina dorsal” del nuevo aparato de seguridad.

El proyecto contiene planes para que 5.000 policías que actualmente sirven en unidades que no están comprometidas ideológicamente con el régimen de Gadafi sean transferidos de inmediato a las fuerzas del gobierno interino para impedir un vacío en la seguridad.

Los documentos afirman que los grupos rebeldes en Trípoli y áreas cercanas tienen 8.660 partidarios, incluidos 3.255 en el ejército de Gadafi.

Una deserción masiva de altos funcionarios se considera muy probable, ya que se cree que un 70% de ellos solo apoyan al régimen por temor.

Los autores del informe también creen que la escalada de los ataques de la OTAN a un nivel “insoportable” es muy posible.

El CNT de Bengasi confirmó la autenticidad de los documentos de planificación, pero solicitó que The Times retuviera detalles que pudieran poner en peligro a partidarios de los rebeldes que trabajan en Trípoli.

El embajador del gobierno rebelde en los Emiratos Árabes Unidos y el jefe de la célula de planificación para la fuerza de tareas, Aref Ali Nayed, expresaron su pesar por el hecho de que los documentos se hayan filtrado. Pero dijo: “Es importante que el público general (en Libia) sepa que existe un plan adelantado y que ahora está mucho más avanzado”.

El documento muestra una planificación detallada para que la seguridad crucial, telecomunicaciones, infraestructura de energía y transporte -así como para las famosas ruinas clásicas del país- se garantice en las horas siguientes al colapso del régimen.

Los dirigentes rebeldes expresan en el documento su preocupación de que la población de Trípoli no sienta que está siendo “invadida” por tropas de Libia oriental. Significativamente no hay planes para desplegar fuerzas rebeldes del este en Trípoli. En su lugar “secciones de combatientes por la libertad de la Montaña Nafusa y de Zentan” en el oeste deberían ser transferidas a la capital y los mensajes de los medios subrayarían que no es “una imposición externa sobre los tripolitanos”. La mayor parte de la fuerza de seguridad de Trípoli provendría de la ciudad.

Un programa de un mes con respaldo internacional para el suministro de emergencia de 550 millones de dólares en gas y petróleo a Libia occidental comenzaría de inmediato después de la caída del régimen en un esfuerzo por restaurar la vida normal.

También hay un programa apoyado por la ONU de entregar ayuda humanitaria inmediata, incluyendo agua embotellada, por tierra, mar y aire, con apoyo de países musulmanes clave como los Emiratos, Qatar y Turquía.

En los primeros minutos después del anuncio de que Gadafi ya no ejerza el control, un programa previamente grabado de anuncios de dirigentes rebeldes y clérigos anunciaría el plan de la fuerza de tareas Trípoli, llamaría a la calma y alertaría de los ataques de venganza contra partidarios del régimen. Una estación de radio FM ya ha sido preparada con este propósito en un país cercano. En caso de que Gadafi resulte muerto o derrocado, la planificación de “comunicaciones estratégicas” sugiere que el CNT y sus patrocinadores occidentales estarían dispuestos a negociar con sus hijos o con los que se describen como “capitanes del régimen”.

Una serie de lecciones aprendidas de la toma en Bengasi advierte contra la creación de múltiples grupos rebeldes en Trípoli y pide un “plan claro para encarar una quinta columna hostil”.


Gadafi responsabiliza al Consejo de Seguridad por horrible masacre en Trípoli

9 Agosto 2011

El líder libio, Muamar el Gadafi, acusó hoy a los países miembros del Consejo de Seguridad de la ONU de ser directamente responsables de la muerte de 85 personas en un ataque de la OTAN contra la ciudad de Zliten,al este de Trípoli, según la agencia de prensa Jana.

La fuente afirmó que Gadafi envió hoy un carta a los miembros del Consejo de Seguridad en la que les imputa la responsabilidad de “la horrible masacre”, de la que es autora la Alianza Atlántica, pero no ofreció más detalles sobre el contenido de la misiva.

El gobierno de Trípoli acusa a la OTAN de haber matado al menos 85 personas, de ellas 32 mujeres y 33 niños, en un ataque al cuartel popular de Majer, en Zliten.

El portavoz del gobierno libio, Moussa Ibrahim, explicó que las víctimas son civiles pertenecientes a doce familias.

La Alianza Atlántica dijo que el ataque fue llevado a cabo contra un complejo agrícola “transformado en cuartel” de las fuerzas fieles al gobierno de Trípoli.

(Con información de AFP)

Los opositores a Gadafi no encuentran el rumbo

8 Agosto 2011

Una semana después del asesinato del jefe de la armada opositora, el general Abdel Fatah Younes, el presidente de la Consejo Nacional de Transición (CNT), Mustafá Abdel Jalil, hizo renunciar a todo su comité ejecutivo con el objetivo de “reorganizarlo”.

El gobierno provisional libio, apoyado en pleno por la OTAN, está compuesto por una quincena de miembros y juega el papel de administrador de las zonas controladas por la rebelión.

El vocero de la CNT, Abdel-Hafiz Goga, informó a la cadena de televisión catarí Al Jazeera que esta decisión surge de “defectos” con que algunos integrantes del Consejo se manejaron con respecto al asesinato de Abdel Fattah Younes, hasta entonces jefe militar de la insurrección.

Para Fathi Turbel, integrante del CNT, “la incompetencia militar, de seguridad y mediática” durante el manejo del General Younes imponían reorganizar el comité. Por su parte, el vocero Shamsiddin Abdulmolah planteaba que esta decisión marcaba la “madurez” de una “revolución que busca que su liderazgo se haga responsable” de los hechos, informó la BBC.

Para Abdulmolah, la crisis es “saludable”, y refirmó que “el CNT sigue siendo la máxima autoridad”. Algunos de los actuales integrantes mantendrían sus cargos, aunque el asesinato de Younes llevó a una creciente división dentro de la dirigencia opositora.

Algunos de sus partidarios afirmaron que fue asesinado por la Brigada Obaida Ibn Jarrah, una milicia islámica aliada al CNT. Esta división provocó preocupación en sus apoyos locales e internacionales, que temen que aún si pudieran derrotar al Muamar el Gadafi no podrían dirigir el país.