12 de octubre: Nada que festejar
Si se revisa la Declaración Universal de la ONU sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, no es otra cosa que una forma disimulada de conmemorar sin reconocer que hubo el “genocidio más grande que pueda registrar la historia del mundo”, cuyos efectos, 518 años después, continúan sistemáticamente explotando y oprimiendo a los primigenios originales del continente americano: los indígenas.
Pero al margen de cualquier declaración y por más que la poderosa minoría burguesía criolla y blanca del continente pretenda hacer creer lo contrario, las condiciones de vida de los pueblos originarios de la actual América Latina no han mejorado sustancialmente.
Al respecto, México es un claro ejemplo de las racistas visiones eurocéntricas que en pleno 2010 todavía dominan la percepción del mundo ante las tendencias homogeneizadoras de una globalización que excluye, discrimina y promueve una guerra de exterminio de baja pero permanente intensidad contra sus pueblos autóctonos.
Al respecto el Doctor en estudios latinoamericanos Alfredo Velarde, dice que “cada 12 de octubre, las proclamas y pronunciamientos de afirmación reivindicativa alusivos a los derechos indios se generalizan y, en rigor, no pasa nada que verdaderamente detone un efecto revulsivo que contribuya a transformar, de raíz, las asimétricas realidades de un mundo donde los indígenas, invariablemente, siguen siendo los de abajo constreñidos permanentemente”.
--Por eso, más que redundar sobre las polémicas en derredor del “descubrimiento de 1492” (que, en realidad, se había realizado hace más de 20 mil años por diversos pueblos asiáticos que colonizaron el continente), de lo que debiera tratarse, ahora, es de desencubrir lo que se ha encubierto alrededor del “descubrimiento” y todo el genocida drama que vino después como un desagravio histórico aún pendiente de resolución, remata Velarde.
Es importante no olvidar que algunos elementos de la declaratoria indígena de la ONU, fueron vetados en México por el gobierno de Fecal-IP, que son los trascendentales para la sobrevivencia de los pueblos indígenas mexicanos: los concernientes al derecho de autonomía, libre determinación, autogobierno, territorio y recursos naturales.
Lo mismo ha sucedido en otras latitudes en donde prevalece la fascistoide mentalidad de la supremacía blanca, por ejemplo en Estados Unidos, Canadá, Australia y Nueva Zalanda que objetaron las disposiciones sobre territorios y recursos de los pueblos.
Frente a los festejos bicentenarios oficiales de burdel y los centenarios de oropel, el movimiento indio resiste y persiste, no con la ayuda del Estado ni sin él, sino a pesar y en contra de él. En ese sentido son, han sido y serán las propias comunidades indígenas las que con su lucha han logrado algunas conquistas de sus justos reclamos en materia de autonomía y autodeterminación, así como en el reconocimiento al derecho sobre sus territorios y de los recursos naturales que en ellos se encuentren, pues no serán jamás las grandes corporaciones nacionales ni transnacionales las que los reconozcan por voluntad propia. A todos nos corresponde apoyar a los indígenas porque nosotros también somos ellos.
Enrique Cisneros, coordinador del alternativo Festival Internacional Cervantino Callejero de Cleta que se celebra en el mes de octubre, hace una denuncia que sacude: “al pueblo mexicano lo han acostumbrado a perder y lo que es peor, a festejar y conmemorar sus derrotas. Durante siglos en México se conmemoró el 12 de octubre como el ‘Día de la Raza’, argumentando que el 12 de octubre de 1942 fue el día en que Cristóbal Colón descubrió América. Pero esa fecha fue el inicio de la consolidación capitalista a partir de un proceso brutal de acumulación de capital.”
Y lloramos nuestros triunfos: “También en la historia que nos imponen se llama ‘La Noche Triste’ a la derrota sufrida por las huestes de Hernán Cortés a manos de los guerreros mexicas, la noche del 30 de junio de 1520... Esa fue una victoria pero para hacernos perdedores nos la revierten y lo que deberíamos de recordar como la ‘Noche Alegre’ nos la enseñan como triste porque lloró el enemigo ¿Alguien recordó acaso que el pasado lunes 30 de junio se cumplieron 490 años de esa gesta heroica de nuestros antepasados?” cuestiona Cisneros.
En 1992 el mundo se preparaba para festejar los 500 años de la llagada de los españoles y ante el rechazo generalizado de los pueblos latinoamericanos a ese evento los gobiernos capitalistas le cambiaron el nombre a su celebración poniéndole “Aniversario del Encuentro de Dos Mundos”, pero eso no cambia el hecho histórico de que esa fue la fecha en que se inició uno de los genocidios más grandes de la historia, la eliminación de millones de seres humanos, que con el pretexto de que eran salvajes fueron asesinados, las mujeres violadas y todos los nativos despojados de su tierra, sus recursos naturales y sus riquezas.
En este 2010 es pertinente preguntarse ¿que vamos a festejar? Si Independencia, Revolución y Verdadera Liberación son tareas aún pendientes. Por eso este 12 de octubre ¡que Descubrimiento de América, ni que Día de la Raza, ni que Encuentro de Dos Mundos, ni que ocho cuartos! sino Día de la Resistencia de los Pueblo Originarios de América, a mucha honra, si señor.
A pesar del proceso de ideologización capitalista o de occidentalización, los grupos indígenas mantienen sus creencias sus modos de producir los bienes y relacionarse, además de realizar actividades autóctonas
Desde hace más de 500 años, los pueblos indígenas de América Latina han luchado por el fortalecimiento del legado de sus ancestros, resistiéndose a la transculturación y la pérdida de identidad. En reconocimiento al valor diverso de sus culturas y al significado para los cambios que hoy impulsa la revolución bolivariana, Venezuela, en su afán de libertad y por la profundización de la independencia, ha decidido reconocer y darle apoyo a los más de 2.800 pueblosoriginarios que hacen vida en este país.
En la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela reposa, no sólo un artículo, sino todo un capítulo dedicado a los pueblos indígenas que reivindica no solamente su organización social, política, económica, su territorialidad e idiomas, sino que reivindica al mismo indígena. “En ese caso el indígena no es ese ser excluido sino que él mismo se incluye, se autoreconoce, y aquello de la vergüenza étnica que habían cultivado ya se ha venido abandonando por ellos mismos, porque además tienen otros lugares de participación, por ejemplo: la creación del Ministerio del Poder Popular para los PueblosIndígenas”, delincuentesexpresó Jenny González Muñoz, investigadora y editora del Centro Nacional de la Historia, que además agregó que no sólo aplaude el hecho de que ese ente gubernamental tenga un representante indígena y además que sea mujer.
Eso “es un aporte bastante significativo, así como otras leyes como la de las comunidades y los pueblosindígenas que ha reivindicado al indígena desde todo punto de vista”. De igual forma, resalta como un aspecto positivo el reconocimiento que se le da a los pueblos indígenas en el documento que rige la educación nacional, aprobado el 15 de agosto de este año. La Ley Orgánica de Educación, en su artículo 27, otorga el acceso a la educación a los más desprotegidos y garantiza la educación intercultural bilingüe, con lo que se retoma el idioma que los mismos pueblos habían dejado de hablar y que ahora están enseñando.
Además, el articulado señala que el acervo autóctono es complementado sistemáticamente con los aportes culturales, científicos, tecnológicos, humanísticos de la nación y el Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Día De la Resistencia Indígena
Durante años, en Venezuela se celebró el 12 de octubre -día de la llegada de Cristóbal Colón a estas tierras- como el Día de la Raza o del Descubrimiento de América. Era una forma de hacer ver como una “raza inferior” a las poblaciones que aquí habitaban o, incluso, como si no existieran otras poblaciones o territorios antes de la llegada del conquistador a estas tierras. Pero luego de amplios y variados debates, se llegó a la conclusión de que ese día se celebra la Resistencia Indígena, porque en realidad eso es lo que han hecho los pueblos originarios.
Sobre este tema, José Marcano, presidente del Centro Nacional del Disco (Cendis), señaló, con motivo de un conversatorio denominado Historia Viva de la Resistencia Indígena Venezolana, que “ya entendemos que hay otra historia y otro contexto de lo que sucedió aquí, y que lo que ocurrió fue una colonización, una masacre y un exterminio de nuestros indígenas que hoy resisten y se mantienen en pie de lucha”.
Un ejemplo de ello es el pueblo warao que “mantiene la esencia de vida y de comunidad indígena. Laresistencia de ellos se mantiene en función de la utilización de los recursos que les proporciona el ambiente para la construcción de sus casas y sus caminerías, que no rompen con el equilibrio ecológico y que hacen con lo que les proporciona la misma naturaleza”, expresó Marcano.
Por su parte, González señala que a pesar de la globalización y de la penetración de otras culturas en América Latina, lo que ha hecho que de cierta forma olviden algunas manifestaciones culturales, la mayoría de los pueblos aún mantienen sus costumbres. La investigadora asegura que “se están rescatando esas tradiciones que se habían ido perdiendo por algunas invasiones de otras culturas hegemónicas que de alguna forma han buscado subyugar a las culturas minoritarias. En ese caso, ellos están revitalizando esa parte cultural hoy en día”.
12 de octubre: Nada que festejar
Hoy es 7 del agua del Tonalpohualli
Cuando Cristóbal Colón llegó a América, hacía tan sólo 38 años que los aztecas habían reformado su calendario, que era de 365 días, para intercalar el año bisiesto. A su vez, este calendario fue tomado de los mayas. Los aztecas lo reformaron justo antes de la llegada de Hernán Cortés. El año empezaba el día 1 de Atlacalmaco, que coincide con el 1º de marzo del calendario gregoriano.
El hecho de que las culturas americanas no hubiesen desarrollado la escritura, no representó ningún impedimento para el desarrollo de un calendario perfecto, con parecidos notables a los calendarios de pueblos mediterráneos y asiáticos. Según los mitos aztecas fue el dios Quetzalcoatl el que enseñó al hombre el calendario, al mismo tiempo que la agricultura, las técnicas y las ciencias.
Leer los calendarios es como leer en clave sus libros sagrados, sus credos y sus fiestas. Cuando los españoles llegaron a América algunas de las culturas con las que entraron en contacto estaban en su máximo apogeo: centroamérica parecía, al igual que Egipto y Mesopotamia, la encrucijada de las grandes culturas del continente, el crisol en que éstas se fundían, conservándose lo mejor de cada una de ellas. La codicia imperial truncó una historia potencial. Nuestras propias limitaciones, como culturas colonizadas, nos llevan, a diario, a no reconocer raíces e identidades que están en la piel, la alimentación y los sentimientos de millones de americanos. Por eso, hoy podemos decir que, en vez de 12 de octubre, es 7 del Agua del Tonalpohualli, tal como lo establece el calendario azteca.
0 Comentarios
Publicar un comentario